miércoles, 29 de agosto de 2012

EN-CANTADORAS



Con cierto rubor,  confieso  que nunca  había tenido la fortuna de presenciar un directo de En-Cantadoras, pues los avatares del destino y la insularidad que todo lo condiciona, no habían propiciado tan feliz circunstancia.
Y fue tan sólo hace unos días, con motivo del Festival de Nuestra Señora de Los Afligidos de Los Realejos, cuando  tuve la oportunidad; al fin; de poder apreciar esta portentosa formación musical en toda su dimensión.
Abundando en la franqueza con la que he comenzado estas torpes líneas, también he de confesar mi absoluta sorpresa por lo vivido allí aquella noche, pues frente a la peculiaridad de la exclusiva feminidad de esta agrupación,  enfatizada en tantos medios de opinión,  existe una En-Cantadoras que va mucho más allá de la simple percepción visual de la común naturaleza de sus integrantes.
Y es que… en este,  como en la mayoría de los casos, la femineidad es simplemente un atributo casual, pero nunca un condicionante a la hora de dar forma y  desarrollar una actividad artística o creadora.

Limitarse a destacar  la naturaleza femínea  de esta admirable formación musical, como el elemento diferenciador de mayor relevancia, es sumir   tan  prodigiosa  impronta a la superficialidad del frívolo etiquetado, que tanto daño viene haciendo a nuestro panorama musical.

Porque En-Cantadoras es muchísimo más que una determinada imagen estereotipada por los medios. Una fútil imagen en la que jamás han pretendido reconocerse, pues son conscientes de que sus valores van más allá de lo simplemente  estético  o lo curiosamente  insólito. Basta con asistir a los primeros compases de cualquier tema de su bello repertorio, para que esa imagen del artificio mediático sucumba, sorpresivamente, a la  más rotunda expresión de  solidez  y solvencia musical.

Es tan evidente esa rotundidad, que no se precisa mayor indagación para saber de la férrea formación musical de todas sus integrantes. Nada de cuanto este grupo musical ejecuta  sobre el escenario, concede el más mínimo resquicio de duda, sobre la personal convicción de que estamos ante uno de los mejores grupos musicales de nuestro entorno. Y cuando utilizamos tal calificativo, no pretendemos ni por asomo,  establecer un absurdo ranking sobre quién goza de mayores aptitudes para representar a nuestro folclore, o aquella  música popular que el tiempo y la tradición nos la han convertido en propia. Con tal juicio de valor, nos referimos a la distinción  que prevalece sobre En-Cantadoras, como  formación con una impronta cargada de estilismo y cromatismo musical del que no existe referencia equiparable.
Nos referimos al palpable potencial de futuro que se vislumbra en su línea creadora y compositiva, y que se traduce en una portentosa ejecución coral, vocal e instrumental.  
Nos referimos en definitiva, a una imagen materializada desde la maestría y el esfuerzo, remotamente alejada de aquella otra imagen de cliché, que aludíamos al comienzo de esta pequeña reflexión literaria.

Aspirar a fijar como antecedente comparable de este fenómeno musical, otras experiencias del pasado, como aquella memorable “Tabona” , o “Voces de Mujer”, o aquel  improvisado y televisivo “Seguro que sale bien”, es reducir la cuestión a lo circunstancial y lo anecdótico, dejando de soslayo lo verdaderamente substancial.
Y es que el hecho diferencial de En-Cantadoras, radica más en lo substancial que en lo simplemente perceptible. Y esa substancialidad…ese hondo calado impreso en toda su obra, es  lo que dispensa a esta formación de una coherencia musical  sin fisuras, donde la expresividad armónica  y la riqueza de matices sonoros en lo coral e instrumental, afloran generosamente para desarrollar un inteligente discurso temático cargado de sensibilidad.

El resultado de tal compendio de cualidades, converge  en una evidente y  extraordinaria capacidad para proponer elementos y recursos musicales innovadores, que aportan un nuevo y fresco  caudal creativo al entumecido panorama musical de nuestras islas.

Quienes por desventura o por acierto, no gustamos de  posicionamos en la línea de  la  radicalización y la  inmovilidad en nuestro folclore, inclinándonos a admitir con convicción y sin aspavientos,   la susceptibilidad del mismo a evolucionar, adivinamos en voluntades innovadoras  como la de En-Cantadoras,  el necesario impulso para que nuestra música pueda seguir desarrollándose en el tiempo, con naturalidad y conforme a las corrientes culturales que  mismo pueblo a quien van dirigidas, demanda, recibe y asume como propias.

Una excelente muestra de cuanto afirmamos, es esa extraordinaria recapitulación de los Aires de Lima de El Palmar, Artenara, Valsequillo e Ingenio, así como el Sorondongo Majorero,  registrados en la primera entrega discográfica: “Sueños de Mujer”. Nada de cuanto podríamos matizar en estas líneas,  alcanzaría a reflejar con certeza el cúmulo de gratas sensaciones que suscitan tan bellas interpretaciones sobre unas temáticas tan hondamente arraigadas en nuestro acervo cultural, por cuanto  las mismas constituyen  unas de las más destacadas expresiones de nuestra lírica amorosa y costumbrista.

Evidentemente, toda esta intencionalidad y claridad de objetivos no surge espontáneamente de un día para otro. Es el resultado de un largo y constante esfuerzo,  aún cuando desde sus comienzos, allá en los inicios del 2005, ya se vislumbrara un pronunciamiento preciso sobre la común  inquietud de realizar un proyecto musical distinto y diferenciado de los estándares musicales del momento.

Dicha motivadora inquietud de los inicios,  alcanza su momento álgido con la presentación de la ya mencionada primera producción discográfica, “Sueños de Mujer”, en septiembre de 2009, en el Centro de Iniciativas Culturales de la Caja de Canarias.
“Sueños de Mujer” fue y continúa  siendo un fenómeno de tal consistencia,  que traspasa el ámbito de lo puramente musical,  para despertar elementos de reflexión en la esfera de lo social, al abordar el protagonismo de la mujer en distintos aspectos de la historia del pensamiento y de las artes.

  
Quizás,  a todo ello ayudara la ocurrente idea de promocionar tan bello  proyecto bajo el formato de un espectáculo musical, brillantemente interpretado por la actriz Leo Medina, bajo la conducción escénica de Mingo Ruano, y  sobre un guión de Alexis Ravelo. Pero, es evidente que tras el reconocido esplendor del esfuerzo escénico… tras la rutilante participación de figuras invitadas como Mariví Cabo, Ynarhú Silva, Mao Fermín o Abelardo García…tras el nutrido y prodigioso plantel de las maravillosas solistas e instrumentistas de En-Cantadoras, subyace un sólido y contundente argumentario musical, producido por Manuel Estupiñán y dirigido por Jacqueline García Álamo.
Es  tal  la  solidez del  proyecto,  que la elección temática musical establecida a priori,   fue quien construyó, por si sola, el  hilo argumental de un hermoso discurso dramatizado y musicalizado, cuyo mensaje ostenta una patente vigencia.

Pero la tenacidad y creatividad de esta formación musical, alimenta nuevas ilusiones que anteponer a la satisfacción de los  logros ya  alcanzados; y ya está muy próximo el feliz día en el que En-Cantadoras nos ofrezca un nuevo e ilusionante regalo en forma de un flamante segundo proyecto discográfico: “En-Cantadoras en directo”.
Quien desee tener un adelanto del nuevo portento que se avecina, tan sólo debe acudir a alguna de sus actuaciones, pues desde el pasado 16 de junio, en el que finalizó su maquetación, han venido teniendo la deferencia de mostrar algunos bellos retazos de lo que será; y así lo deseamos; un exitoso y trascendente hito en la trayectoria de esta formidable agrupación musical.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y para Etnografía y Folclore.