Desde siempre, los
meses estivales cobran en La Laguna un viso muy especial. Es un
tiempo donde la luz y el color se sobreponen a la languidez de la
humedad y el frío, para prodigar una hospitalaria alegría que
recorre sus calles y plazas, invitándonos a un ritual
reencuentro en paseos y tertulias.
Compartir ese natural
alborozo estacional se convierte en una necesidad vital que
condiciona todos los aconteceres de las gentes isleñas.
La fiesta popular
entrona su hegemonía en el calendario y marca la pauta en el
devenir de esos cálidos días.
Y es justo en la mitad
de ese calendario, cuando la fiesta lagunera se torna marinera,
envolviendo sus aires y algarabías en el salitre de los rompientes
de Bajamar. Porque, un año más, y tras los veinte pasados, este
pintoresco paraje costero rinde nuevamente tributo a la tradición y
a nuestro folclore, celebrando el XXI FESTIVAL FOLCLORICO DE
BAJAMAR.
Para esta nueva
edición, que como siempre tendrá lugar en el penúltimo viernes del
mes de agosto, podremos contar con un cartel excepcional: Jóvenes
Cantadores, Güicho Estévez y cómo no, organizándolo todo, el
Grupo Folclórico Isogue.
JOVENES CANTADORES
Aquella prometedora
proyección y evidente potencial, vislumbrados ya en su comienzos, se
han afianzado tras el paso de los años, revelando un vigoroso y
vertiginoso proceso de madurez y acrecentamiento, que ha otorgado a
Jóvenes Cantadores el poder atribuirse, sin pretenderlo, el crédito
de erigirse como una de las formaciones musicales con mayor
trascendencia e influjo en el ámbito de la música popular.
Ya nadie duda que tras
aquella deslumbrante aparición en sus inicios, interpretada por
algunos como un fenómeno musical ciertamente circunscrito a su
novedosa imagen y a su potente repercusión mediática, se escondía
y aguardaba una extraordinaria capacidad creativa e interpretativa,
así como un incansable ímpetu por ofrecer al público una propuesta
musical sólida y singular.
Jóvenes Cantadores,
con su inquebrantable esfuerzo y perseverancia, ha sabido ganarse a
pulso la incondicionalidad de un público que les viene siguiendo en
sus más de trescientas actuaciones en directo por los más diversos
y recónditos lugares de las Islas y la Península; así como el
reconocimiento a la coherencia de su mensaje musical, plasmado en una
extensa producción discográfica, donde resulta claramente palpable
la evolución de esta formación musical, hacia una esfera creativa
más íntima y personal, personificada en la figura de su director
musical, Darío Cabrera.
Pero, además de estos
incuestionables méritos, Jóvenes Cantadores alberga en su
trayectoria una solapada, pero no menos evidente virtud, que es la de
haberse convertido en un elemento de referencia y motivación para
las generaciones más jóvenes. Su ejemplo, ha repercutido muy
positivamente en las inquietudes y aspiraciones de los más jóvenes,
suscitando un renovado interés por la música tradicional y
popular.
Tal es así, que por
sus filas ha pasado un sinnúmero de grandes intérpretes a los que
hoy valoramos y reconocemos en otros ámbitos musicales, cuyos
inicios en Jóvenes Cantadores gestaron y forjaron todo cuanto ahora
son, y gran parte de cuanto podrán llegar a ser, en un mañana.
Anticipar algún nuevo
proyecto vinculado a una formación tan activa y dinámica como
Jóvenes Cantadores, es una tarea ardua y difícil, pues resultan
incontables las aspiraciones y metas de este colectivo.
Nos limitaremos a
apuntar su más reciente creación, a punto de salir a la luz en un
flamante nuevo disco, que muy pronto podremos atesorar y disfrutar.
Aunque, tratándose de Jóvenes Cantadores, siempre será muy
recomendable presenciar alguna de sus contundentes actuaciones en
directo.
JOSÉ LUÍS ESTÉVEZ
RAMÓN: (GÜICHO ESTÉVEZ)
Cuando el arte de
enseñar se conjura con la magia de la música, se suscita en todos
nosotros el inesperado prodigio de vernos persuadidos por una
avidez en asimilar y comprender todo cuanto se nos muestra.
Y es que Güicho
Estévez es un maestro en el aprendizaje del conocimiento y un mago
en el arte de la sugestión, utilizando para ello, algo tan hermoso
como la música.
Su larga y dilatada
experiencia como enseñante y como músico, le ha llevado a
desarrollar una actividad artística difícilmente definible, por
cuanto no existe antecedente equiparable. Lo que hace, es él...y él,
es lo que hace.
Porque contemplar la
evolución de Güicho Estévez sobre un escenario nunca nos podrá
dejar indiferentes, ante tal arsenal de connotaciones lúdicas,
estéticas, humorísticas y educativas. En sus actuaciones, resulta
grato y sorprendente el presenciar el desarrollo, casi
imperceptible, de un proceso de embaucamiento colectivo encauzado
hacia la participación activa del público en las actividades
músico-didácticas que él va proponiendo y dirigiendo. Lo realmente
insólito de todo ello, es que tal proceso persuasivo va dirigido a
la generalidad de un público de todas las edades, por cuanto en el
desarrollo de su argumentación, va despertando en el ánimo de los
asistentes una motivación por lo lúdico y una infantil inclinación
por la curiosidad. En definitiva, despierta en todos nosotros al
niño que albergamos, convirtiéndolo todo, por un instante, en un
gran patio de recreo.
GRUPO FOLCLORICO
ISOGUE
Cuando aún resuenan
los ecos y perdura la grata impresión de su primer trabajo
discográfico, el Grupo Folclórico Isogue, una vez más nos vuelve a
dar muestra de su iniciativa e inquietud, preparando para esta nueva
edición del Festival de Bajamar, un repertorio cargado de nuevas
temáticas musicales que abordan los más diversos aires de nuestro
acerbo folclórico. Y como siempre, nos presenta dicho nuevo
repertorio bajo la fórmula de la exquisitez de sus arreglos
armónicos y la poética de sus contenidos literarios. Pues ambos
atributos, son los principales definidores e identificadores de esta
formación musical.
Y es que Isogue, por
encima de cualquier otro aspecto, es una bella muestra de lo que se
puede lograr a través de la complicidad y del esfuerzo común. Su
impronta musical, radica en la orientación coral de sus
composiciones y arreglos, confiriéndole un rasgo peculiar
fácilmente perceptible. Contrariamente a otras agrupaciones, la
singularidad de esta formación musical no radica en las
individualidades sino en la colectividad. Partiendo de este
planteamiento, su director musical, Jacob González Marrero, ha
sabido ser el artífice de un inusitado distintivo sonoro, que
convierte al Grupo Isogue en una rareza en el conjunto de aquellas
formaciones musicales con estructura similar.
Con esta específica
manera de entender la recreación e interpretación de nuestro
folclore, Isogue afronta futuras metas y proyectos, que presagian el
alumbramiento de nuevos elementos interesantes e innovadores, de los
que muy pronto tendremos noticia.
Félix Román Morales
para Artistasenred
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