Con este coloquial y
espontaneo “yo también lo tengo”, surgido en las redes sociales
de forma casual e improvisada, se inicia una imprevista y simpática
campaña promocional de la primera producción discográfica de
Atlantes.
Y curiosamente, casi
sin advertirse, la referida expresión guarda una intención y un
significado que va más allá de lo anecdótico y lo divertido.
Pues, durante muchos
años; (demasiados tal vez); quienes siempre hemos seguido y admirado
a esta extraordinaria formación musical, hemos aguardado
estoicamente la oportunidad de atesorar algo perpetuo y tangible que
siempre pueda transportarnos a aquellos momentos inolvidables de sus
actuaciones en directo.
Quienes hemos
alcanzado el privilegio de “también tener” en nuestras manos
esta magnífica obra discográfica, entendemos muy bien el trasfondo
de tal fortuita frasecilla. Porque el hecho tenerlo, es más que un
simple acto de posesión. Es el poder tocar y contemplar la prueba
material de que estuvimos allí, en aquel memorable momento en el que
se reveló y salió a la luz un nuevo, flamante y esplendoroso hito
en el acerbo histórico de nuestra música popular y tradicional.
Casi sin pretenderlo,
Atlantes propone una obra que trasciende a unas sensaciones que van
mucho más lejos de lo puramente musical. Basta con abrir el
envoltorio de su muy cuidada maquetación, y leer detenidamente su
contraportada, para descubrir toda una declaración de intenciones
sobre el espíritu que alimenta y alienta a esta formación musical.
Tan sólo por eso, merece la pena tenerlo. Porque cantar sin un
mensaje, no es cantar...sería simplemente entretener o encandilar.
Es esta coherencia,
esta solidez de intenciones, lo que confiere a Atlantes un distintivo
especial, que le llevará a ocupar inexorablemente un lugar en la
historia de nuestra música, pues siempre su recuerdo vinculará a
aquel, su prodigioso talento musical, con aquella poética
motivación que les llevó a desarrollarlo.
Porque esa misma
motivación es la que ha llevado a este aprendiz de cronista y
escritor a volver a teclear por estos rincones, tras una larga
ausencia. Tan sólo por eso, gracias Atlantes.
Tratándose de
Atlantes, podríamos extendernos muchísimo más, abundando en su
consabido y reconocido virtuosismo instrumental y coral, en la
contundente e inimitable impronta musical de su director, compositor
y arreglista, Héctor González...etc. Pero ya lo hemos hecho en
otras ocasiones con motivo de pasados y felices encuentros.
Podríamos también detenernos a comentar cada uno de los catorce
temas que componen esta novedosa y excelente obra discográfica, pero
ellos ya lo han hecho mucho mejor de lo que podría hacerlo yo,
incorporando un bello cuaderno explicativo para esta primera edición.
Resultará mucho
mejor, acomodarse tranquilamente para deleitar nuestro espíritu
escuchando tan extraordinaria obra, sabiendo que al fin, atesora en
sus manos un disco absolutamente IM-PRES-CIN-DI-BLE, con el que
renovar su incondicional amor por toda nuestra música, y con el que
poder decir: “yo también lo tengo”.
Por cierto...yo
también lo tengo.
Félix Román Morales
para Artistasenred.
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