lunes, 28 de marzo de 2011

JOVENES CANTADORES al 100%

Ha pasado el tiempo…casi tres años ya… desde aquel venturoso momento en el que un improvisado grupo de incipientes figuras de nuestra música tradicional, concurriera a la llamada apremiante de Alfredo Ayala para realizar una edición del programa televisivo “La Bodega de Julián”, orientada en aquella oportuna ocasión, a mostrar algunos de los más prometedores valores de nuestro folclore.

Sólo una personalidad con la profesionalidad y experiencia en los medios de comunicación como Alfredo Ayala, podía intuir que aquel espontáneo grupo que se mostraba ante él, atesoraba un potencial que iba mucho más allá de su juventud y precoz talento.

Porque bajo aquella manifiesta frescura e incipiente aptitud desbordante, subyacía ya entonces, la semilla del afán de superación y del esfuerzo. Otros en su lugar hubieran explotado sin más aquel acicate de juventud y talento, para alcanzar una simple y efímera fama mediática, quemando sus naves antes de iniciar la travesía. Pero, éste no es el caso que pueda explicar la fenomenología de Jóvenes Cantadores…porque el inexorable paso del tiempo…pone las cosas en su sitio, provocando que las aventuradas predicciones y opiniones del pasado, se estrellen contra la tesitura de la verdad, que nos trae la realidad del presente.

Afán de superación e infinita capacidad de esfuerzo, fue lo que llevó a Jóvenes Cantadores a convertir un controvertido resultado del programa-concurso “Parrandiando”, en el catalizador que desatara la más imparable voluntad colectiva por avanzar hacia una progresión sin límites. Porque aquel inesperado resultado, aparentemente adverso, suscitó en el inapelable espejo de la opinión pública, la más contundente reacción a prodigar el justo reconocimiento a la valía de esta formación musical.

Fue esta entusiasta aceptación popular la que desbordó el aforo del Teatro Teobaldo Power de La Orotava, el 5 de diciembre de 2009, con motivo de la presentación su primer trabajo discográfico “Homenaje a la Parranda”, constituido en un hito innovador de irrefutable trascendencia en la particular manera de asumir y transmitir nuestra música tradicional y popular.

Temas como “Sulema”, “Pico Teide”, “Cuando salí de Cuba”…amén de las folias, seguidillas, malagueñas y la isa “Homenaje a la Parranda”, de donde toma título este primer disco, adquieren en la interpretación y versionado de Jóvenes Cantadores, una dimensión sugerente, impregnada de extraordinarios recursos vocales e instrumentales, que nos llevan a encontrar en ellos, la identidad propia que distingue a toda formación de relevante solvencia en el ámbito musical.

Las permanentes muestras de afecto y admiración del público que les sigue, ha predispuesto en Jóvenes Cantadores una actitud de establecer con éste, una relación cercana, llevando su buenhacer a todos los rincones de nuestra tierra, a lo largo de una imparable gira de más de un centenar de actuaciones.

Será esta vertiginosa y extensa experiencia del directo, la que termine por convertir aquel incipiente talento de los inicios, en la más sorprendente maestría, perceptible en todos los integrantes de esta formación musical.

Y es que Jóvenes Cantadores, han llegado al punto de adquirir la virtud de mostrar como fácil, algo que no lo es. De suscitar en el público su interés y respuesta emocional, sin aparentar esfuerzo. De mostrarse con total sencillez y naturalidad, dejando que sea tan solo su música, la que arranque el aplauso de afecto y reconocimiento. Porque el directo de Jóvenes Cantadores es absolutamente brutal; y no hay frase ni expresión que defina mejor este pensamiento.

Pero, no caigamos en la deducción de que esta soltura sobre el escenario dimana de algo intangible o casual. Es el resultado de un ingente esfuerzo personal y del constante sacrificio de todos sus componentes, alentado por aquel afán de superación que marcó los inicios del grupo. Denodada voluntad, disciplina y seriedad, han sido las constantes de una fórmula cuyo resultado sólo puede garantizar el éxito. Resultado que ya quisieran para sí, muchas de las formaciones musicales que aspiran a ocupar un lugar en el panorama musical de las Islas, pretendiendo obviar en dicha fórmula, las mencionadas constantes de partida.

Fruto de esta constancia, es el nuevo y flamante trabajo discográfico de Jóvenes Cantadores, “CienporCien”, el cual, al igual que en la edición anterior, hicieron su presentación oficial en un nuevamente abarrotado Teatro Teobaldo Power de la Orotava, la noche del pasado sábado 26 de marzo.

“CienporCien” viene a reflejar la progresión de un proceso evolutivo en la temática, y el tratamiento musical que viene desarrollando Jóvenes Cantadores desde sus inicios.

La aparición de nuevos y sugerentes contenidos como “Por eso estoy pensando”, del acreditado compositor Pancho Delgado, o “La Vida es Bella”, exquisita banda sonora de la película de mismo nombre; nos ofrece una nueva perspectiva en la temática a la que nos tenía acostumbrados Jóvenes Cantadores. Pues, el primer caso, supone la aparición en su repertorio, de un nuevo formato musical propio del género de la canción ligera romántica; y en el segundo, viene a producirse una apuesta por enunciar un contenido de carácter universal.

“Sorondongo Majorero”, “La Noche en Arguineguín” y “Seguidillas de Lanzarote”, vienen a sumarse espléndidamente al amplio repertorio musical de raíz folclórica y tradicional de Jóvenes Cantadores, incorporando a las extraordinarias intervenciones solistas, una pulcra conjunción coral e instrumental.

Con un paseo musical de lujo por tierras americanas se completa el repertorio registrado en la presente entrega discográfica de Jóvenes Cantadores, donde temas como “El Humahuaqueño”, “Lamento Borincano”, “Sapo Cancionero”, “Veneración”, “Canción del Mariachi”y el doblete “Camarera de mi amor-Quién será”; son la más evidente muestra de la vertiginosa progresión musical de esta formación, muy patente en la variabilidad coral, la armonización melódica y arreglística, así como en la prodigiosa versatilidad instrumental.

Félix Román Morales

para Artistasenred

y Etnografía y Folclore.

domingo, 27 de marzo de 2011

Isabel Gonzalez. "...se es como se canta...y se canta como se es".

Es en esta afirmación, desprendida de una extensa y grata entrevista, donde se despliega y sintetiza, la rotundidad de Isabel González como persona y como cantante.

Porque en Isabel, canto y vida, responden a una misma pauta existencial. En ella no hay dobleces ni facetas. En ella, la mujer y la cantante conjugan una misma expresión personal: una existencia vivida en el canto como mejor motivación para vivir.

Porque la figura artística de Isabel no se diluye tras bajar la escalinata de un escenario, como tampoco, tras esos mismos rutilantes focos, logra disiparse su impronta de luchadora mujer de a pie.



Confiesa seguir experimentando su curiosa inclinación a asociar determinados temas musicales, que guarda para sí, con entrañables momentos de su vida; conformando una inseparable banda sonora vital que sustenta y arropa la intimidad de su alma.

Recuerda con simpatía como su madre le contaba que antes de empezar a hablar ya canturreaba… a su manera. Muy pocos años después iniciaba su andadura musical en la Agrupación Nieve y Lava, de Santa Cruz de Tenerife, en compañía de sus tíos y abuelos, y siempre al amparo de una de las personas que más han influido en su trayectoria musical: nos referimos a la figura de su querido y admirado padre, Alberto González. De él, de su extraordinaria sensibilidad, proviene la más contundente fuerza y expresividad interpretativa, que se destila en cada uno de los temas que conforman su impresionante bagaje musical. Porque es en aquellos primeros tangos y boleros de la niñez donde se fraguó la más apasionada voz que jamás pudiese alumbrarse desde la profundidad de unos ojos de azabache.

“…Esperanza que acaricia el amor perfecto;
soy la estructura apasionada
por la que no pasa el tiempo,
bolero…
cuántas veces has dicho: te quiero…”


Con estos versos de su padre, inicia Isabel González su trayectoria discográfica, materializando su primer registro con el nombre de Bolero, en el que queda ya definida su dimensión como artista carismática de inimitable estilo personal.

Pero, independientemente de este trascendental hecho, la irrupción de este primer disco en el panorama musical de las islas, va a suponer el surgimiento de una peculiar manera de aproximarse al bolero desde determinados recursos musicales que han venido caracterizando la canción tradicional canaria. La sorpresiva incorporación del timple de Benito Cabrera junto al requinto de Ignacio Borrego, la inesperada apoyatura a la melodía con el trinar de púas, y la portentosa aportación coral del grupo Achaman, vienen a configurar una singular producción que ha marcado el camino para muchos de los autores de prestigio de hoy en día.

Como una categórica reafirmación en el camino iniciado, irrumpe su segundo disco al que titula “Ya te vas amor”, donde una vez más Alberto González realiza una propuesta temática sugestiva, y donde se ratifica la prodigiosa garra artística de Isabel, en temas musicales de calado dramático como “Puro teatro”, “Nostalgia” o “Madrigal”; o de contenido romántico, como “Acudo a ti”, en compañía de Chago Melián; sin olvidar el apasionado “Esta noche seré tuya” compuesto para ella por Braulio.

A estas dos extraordinarias grabaciones discográficas se le suma una tercera que toma por título D´origen, en reconocimiento al nombre de la banda de músicos que siempre acompañan a Isabel en sus múltiples actuaciones. Esta tercera entrega, bajo la producción de Lucas Rojas, viene a mostrarnos la prodigiosa versatilidad estilística de Isabel González, al ofrecernos, con excepcional soltura, un variado repertorio basado en conocidos temas del folclore latinoamericano. En este tercer disco de Isabel, resulta muy notorio apreciar la perfecta conjunción de su impresionante potencia vocal, en temas como “La Malagueña” o “La Galopera” , con la portentosa multiplicidad de matices tonales de su voz que, con inusitada naturalidad, van adaptándose a la motivación del tema interpretado. La hondura poética de “Alfonsina y el mar”; el sortilegio de pasiones de “Como un bolero”, “La última noche” y “Lamento borincano”; el calado añorante de “La flor de la canela”; o la evocación nostálgica de un reeditado “Es mi madre”; tienen fiel reflejo en la maravillosa expresividad melódica de Isabel González.

Pero nada de toda esta trilogía discográfica hubiese sido posible sin el contacto palpitante y permanente del público. Porque es en la respuesta y en las sensaciones percibidas de su público donde Isabel encuentra la motivación para disponerse a la nueva empresa de un proyecto discográfico. Para ella, “el directo es lo que da vida a un artista, y resulta fundamental sentir su cercanía y afecto”.

Temas como “Es mi madre” deben su extraordinario éxito no sólo a la indudable calidad musical y a la ternura de su mensaje, sino al esfuerzo de haber sido mostrado al público en múltiples actuaciones en directo a lo largo de catorce años. Su doble registro discográfico no obedece a ninguna estrategia promocional, sino a la propia demanda y aceptación recibida del público.

A diferencia de muchos otros artistas, el sondeo del directo siempre será el paso imprescindible y previo para acometer una nueva grabación. Esta íntima y premeditada relación con el sentir del espectador, condiciona la manera de mostrar su trabajo una vez grabado, aportándole una intencionada naturalidad y frescura, que se aleja radicalmente de toda manipulación digital que pudiera distorsionar la apreciación que ese mismo espectador percibiría en una actuación en el más puro directo.

Pero además de esta constante preocupación por ofrecer una determinada calidad sonora ambientada en la espontaneidad y autenticidad del directo, Isabel siempre persigue una extremada calidad estética de las imágenes que acompañan y apoyan a la música ofrecida, ya sea sobre el escenario, en un video-clip o en el contenido gráfico de una portada de disco.

Con esta particular manera de desarrollar sus quehacer artístico, viene actualmente Isabel González mostrando su espectáculo itinerante “Mujeres Canarias”, que sin duda será el prolegómeno de un nuevo y esperado proyecto discográfico.

“Mujeres Canarias” es en esencia una bella declaración poética y musical, reivindicativa sobre el papel de la mujer en el acontecer de nuestra historia. Es un tributo al denodado esfuerzo y espíritu incansable de la mujer de ayer y de nuestros días, que lejos de amilanarse frente a los convencionalismos y las imposiciones establecidas, pugna por salir adelante con el coraje y la valentía que emana de su condición de madre precursora de vida, de tenaz trabajadora…de mujer luchadora en definitiva.

Quien conoce bien a Isabel González puede entender el por qué de su total implicación y entrega en éste su nuevo espectáculo, al que imprime una especial emotividad producto de su propio carácter carismático cargado de un inquebrantable afán de superación.

“…Mujer tu que también has sido luchadora
tenaz y valiente,
conquistadora de ideales,
pacífica guerrera constante y paciente,
no contamines tus triunfos
tomando senderos contra corriente,
contra tus principios
o contra tu masculino oponente,
sin que medie tu sensato juicio,
y madura sensatez,
que siempre ha sido tu compañía
en el pasado y presente.
Siempre, por siempre
y para siempre,
tu auténtica y diferente…mujer”.

Culmina con estos versos la admirable introducción al espectáculo que Alberto González realiza para sumergirnos en un cúmulo de sentimientos en torno a la figura de la mujer. Este bello contenido poético halla su réplica en un periplo musical protagonizado por Isabel, que nos transporta a las más diversas emociones suscitadas por temas como “Maria, Maria”, “Desde mi libertad”, “La Galopera”, “Alfonsina y el mar”, “Tu amor me hace bien”…


Pero, el carácter animoso y emprendedor de Isabel González no se detiene ni acomoda en los trabajos realizados ni en los proyectos en curso. Su inquietud artística y personal la conduce a una permanente búsqueda de alternativas en el ámbito profesional, como fue la creación de la prestigiosa agrupación musical “Semillas del canto”, que contribuyó notablemente a la formación y al descubrimiento de jóvenes valores de la canción. Muchos de los cuales son hoy en día reconocidos intérpretes y ocasionales compañeros de escenario de la misma Isabel.

Así mismo, sigue manteniendo una estrecha relación de amistad y colaboración artística con el grupo musical Millenium, cuya andadura en el panorama musical alcanza ya los catorce años.

Otra de las muestras de su arrolladora iniciativa es la reciente creación de la empresa Libélula Copydisc, especializada en la copia y digitalización, que ha irrumpido con gran fuerza en el mundo del sonido e imagen.

Recientemente ha dado un salto al entorno televisivo, participando asiduamente en programas de gran aceptación y audiencia.

También ha participado junto a notables artistas como Héctor González, en el reciente alumbramiento del primer proyecto discográfico del grupo Trasiego, dirigido por Lucas Rojas, contribuyendo con un deslumbrante “En mi viejo San Juan”.

Nada ni nadie ha podido y podrá condicionar o restringir la espectacular y vertiginosa trayectoria artística de Isabel González, porque no puede tener limitación quien se ha hecho así misma sin apenas más ayuda que la de los suyos, y sin más medios que su prodigioso talento. Sus ilimitadas expectativas son el resultado de su incansable voluntad y del más ferviente deseo de quienes la seguimos y admiramos.
Félix Román Morales para Artistasenred
y Etnografía y Folclore.

sábado, 26 de marzo de 2011

Boleros… hasta la eternidad. Alejandro C. Moreno y Marrero / Pancho Delgado / Sergio Núñez





“Me desprecias porque sabes que te quiero,

me rechazas por amarte demasiado.

No comprendes que por ti estoy sufriendo

y que tengo el corazón hecho pedazos”

(“Desdén” Alejandro Moreno Marrero

para Iván Montesdeoca ).

Quién no guarda en su corazón un retazo de bolero como aquel que atesora un mágico conjuro que da sentido emocional a su vida.

Quién no ha experimentado el extraño sortilegio de acometer el más sentimental tarareo, tan pronto como se desata en el aire los primeros acordes y el primer verso de un bolero.

Y sin embargo…aún siendo tan cercano a nosotros; aún cuando su huella perdura a través del tiempo …¡que poco sabemos del bolero!

Porque el bolero, concebido como una expresión íntima de los sentimientos personales, trasciende desde esa individualidad, para constituirse en la representación común del cómo sentimos los latinos el universo de las emociones románticas. Su imperturbable presencia en nuestras vidas, ha calado mucho en nuestro ser individual y colectivo, hasta convertirse en un sello compartido de identidad patrimonial en el extenso conjunto de pueblos a un lado y otro del Atlántico.

Situar el origen del bolero… es una tarea ardua y comprometida.

Una notable mayoría de estudiosos se inclinan por situar los comienzos del género bolerístico en el Santiago de Cuba de 1883, a partir de la aparición del tema “Me entristeces mujer” del insigne padre de la trova tradicional cubana, Pepe Sánchez, fundador del popular quinteto Trovadores Santiagueros, y coetáneo de ilustres músicos y compositores como Rosendo Ruiz, Manuel Corona, Alberto Villalón, así como del célebre Sindo Garay; figura trascendental en la precoz formación autodidacta de Pepe Sánchez.

“Me entristeces mujer” o “Tristezas”, como también es conocido por haberse registrado bajo éste último título, viene siendo considerado por la mayoría de autores como la referencia más precisa en el origen del bolero, por cuanto aparece por primera vez, y de forma pentagramática, el inicio de un género musical cantable con temática conversacional; formato que coincide plenamente con el bolero criollo tradicional, cuyo desarrollo y evolución terminará por incorporar, de manera inseparable, la componente danzaria, tan característica de este genero musical.

“ Tristezas me dan tus quejas mujer

profundo dolor que dudes de mi

no hay prueba de amor que deje entrever

cuanto sufro y padezco por ti”

(Pepe Sánchez 1883)

No obstante, existen otras líneas de investigación que atribuyen la procedencia del bolero, al danzón cubano, atendiendo a la similitud rítmica y al emparejamiento en el baile. (Alejo Carpentier). Pero, dicha supuesta afinidad en el ritmo, difiere perceptiblemente de la cadencia característica del bolero, además del contraste entre la multiplicidad temática del danzón, frente a la especificidad romántica de las letras bolerísticas, estrechamente vinculadas siempre a su estructura melódica.

Por otra parte, si convenimos en reconocer la fecha de 1879 como la más comúnmente aceptada para fijar el origen del danzón en la región de Matanzas, y mantenemos la hipótesis apuntada anteriormente, de localizar el origen del bolero en torno a 1883; la relativa proximidad de ambas fechas, dificulta la comprensión de la referida vinculación evolutiva entre ambos géneros musicales.

Debido a este conflicto temporal, algunos autores se han definido por aquella línea de indagación encaminada a encuadrar el origen del bolero en fechas muy anteriores a la de 1883. Así, algunos estudiosos afirman haber hallado sus umbrales en la Cuba de alrededor de 1792, al constatar la existencia de determinadas canciones donde se aprecian ciertas similitudes temáticas y músicales con el género del bolero, que fueron extensamente popularizadas por trovadores de la época, como Nicolás Capouya y Javier Cunha.

Otros autores, quizás los más osados a nuestro juicio, han pretendido ir más remotamente en el tiempo, propiciando un planteamiento de asignar como antecedentes del bolero, aquellas danzas ligeras europeas del siglo XVIII, emparentadas con las seguidillas, que tradicionalmente se acompañaban de guitarra, castañuelas y tamboril. Muy probablemente, tal tendencia provenga de la denominación recogida en el Diccionario de Uso del Español de Maria Moliner, donde el término bolero se atribuye a un “aire español para cantar y danzar, en compás ternario, y de movimientos reposados y elegantes”. De esta danza también se constata la reseña histórica de su autoría en la figura del bailarín Sebastián Lorenzo Cerezo, hacia 1780.

Evidentemente dicha danza, nada tiene que ver, a nuestro criterio, con el bolero latinoamericano de compás binario y de estructura melódica estrechamente vinculada a la letra.

Aún menos riguroso resulta la hipótesis de buscar tal génesis en la danza de raíz gitana denominada “volero”, cuyo acompañamiento además de la guitarra, solían ser las palmas y la caja de percusión. Tal coincidencia fonética no nos debería llevar a confusión, pues en nada concuerda su expresión rítmica y danzaria con las específicas peculiaridades de aquel bolero criollo concebido e impulsado por destacados y competentes precursores como Maria Teresa Vera, Gonzalo Riog, Ernesto Lecuona o Eusebio Delfín.

Todo nos lleva a aseverar que es en Cuba, y en toda su irradiación sobre el área del gran Caribe, donde se fragua el nacimiento del bolero como entidad musical identificable y reconocible a través de las innegables afinidades con otros elementos rítmicos y compositivos de la región. Sean aquellas primeras canciones troveras, o aquellas contradanzas del folclore cubano del siglo XIX, o bien sean el danzón … la habanera, el posteriormente incorporado cinquillo…sea cual fuere su origen, el bolero emanó desde aquel trópico, para fluir generosamente desde Yucatán a la Patagonia.

Y es que, esta mencionada región yucateca, contribuirá grandemente en la gestación y consolidación del bolero latinoamericano a partir de la evolución de la habanera cubana y de la popular aceptación de determinadas canciones del lugar como “La Paloma”. Todo ello derivó en la danza mexicana de inconfundible cadencia, pero, cuya rítmica se aproximaba bastante a la medida del bolero. Desde el punto de vista formal, la más perceptible e inmediata contribución al bolero, fue la introducción del rasgueado de la guitarra en combinación con el tradicional punteo de acompañamiento.

Pero será a partir de 1919 con el bolero “Morenita mía” de Armando Villarreal Lozano, cuando la influencia musical mexicana emerja con toda la potencialidad melódica y la creatividad, de la que dieran buena muestra trascendentales figuras como Augusto Cárdenas, José Alfredo Jiménez, Juán Arvizu, Alfonso Ortiz, José Mujica, Pedro Vargas y Agustín Lara. A éste último se le atribuye la fijación de la estructura “clasica” del bolero, consistente en 32 compases divididos en dos partes de 16 compases, ejecutados en tono menor para el primer bloque, y en tono mayor para el segundo. Entre ambos bloques tradicionalmente se incorpora un pasaje instrumental, que se ha venido en denominar “pasacalle”.

Con todo ello, será en el espacio temporal comprendido entre las décadas de los años 20 y 30 cuando el bolero adquiera su verdadera dimensión trasnacional, erigiéndose en el común referente musical del sentir romántico latinoamericano.

El primer bolero con repercusión y difusión internacional fue “Aquellos ojos verdes”, del cubano Nilo Menéndez, con letra del poeta Adolfo Utrera, motivado por el feliz enamoramiento del primero con la bella hermana de éste último. Su primera grabación registrada fue efectuada por el propio Nilo Menéndez y Adolfo Utrera como solista, teniendo de acompañamiento al piano nada menos que a Ernesto Lecuona.

Esta amplificación territorial y popularización del bolero, grandemente motivada por la incipiente emergencia de los medios de comunicación radiofónica y por la expansión de grabaciones en soportes de vinilo, traerá consigo la fusión e incorporación de otras influencias musicales, que producirán diversos matices y variantes en el género.

Aparecerá así el bolero-son, impulsado fundamentalmente por el Sexteto Habanero y el Trío Matamoros, sobre el año 1927, en cuya estructura puede apreciarse un inicio lento con cadencia de bolero para luego pasar al trepidante ritmo del son. Algunos autores sostienen que la componente bailable del bolero proviene de esta combinación.

Pero esta consideración del bolero como elemento musical preferente para el baile, tendrá su definitiva consolidación a partir de la década de los 40, donde otros géneros como el son y el danzón quedaran en cierta medida relegados por el auge bolerístico.

Es en esta década cuando aflora un conjunto de extraordinarios músicos como Osvaldo Farrés, Bobby Collado e Isolina Carillo, autora de “Dos Gardenias”, y fundadora del emblemático grupo Siboney, al que también pertenecerían destacadísimas estrellas como Olga Guillot y Celia Cruz.

Son de este periodo, imperecederos temas como “Toda una vida”, “Acércate más”, “Quizás, quizás”, “Con tres palabras”, “La última noche”…interpretadas por inolvidables figuras como Benny Moré, Rolando la Serie, Blanca Rosa Gil, La Lupe o Nelo Sosa.

Es también en esta época cuando el bolero experimenta una transformación evolutiva respecto al acompañamiento instrumental, pasándose de la configuración clásica compuesta por un trío de cuerdas y percusión, al nacimiento de las primeras “orquestas tropicales”; que con posterioridad, darían paso a formaciones musicales de envergadura sinfónica. En contraste con este proceso, surge con extraordinaria fuerza el Trío Los Panchos, que introducirán la variabilidad vocal e incorporarán el acompañamiento instrumental del requinto, implantando así una innovadora expresividad al bolero, del que muchas otras formaciones tomarán clara referencia.

Junto a este resurgimiento y transformación de los tríos vocales e instrumentales, germina y prolifera el gran número de formaciones orquestales comentado anteriormente, donde la tendencia a la incorporación de intérpretes femeninas, dará lugar al gran elenco de inmortales estrellas del bolero, como Celia Cruz, Olga Guillot, Blanca Rosa Gil, Gina León, Celeste Mendoza, Amelita Frades, Berta Dupuy, Olga Choren, Olga Rivero, Paulina Alvarez, Rita Gil, Elena Burke…etc.

Será durante esta Época de Oro del Bolero Cubano cuando emerja la tendencia del “feeling”, consistente en enfatizar los aspectos sentimentales y emocionales del bolero, a través de la introducción de una mayor riqueza y amplitud de acordes en la melodía y una cuidada calidad poética de las letras.

Sin embargo, a nuestro juicio, esta influencia del feeling en el bolero, consagrará su plenitud gracias al aporte de los extraordinarios compositores mexicanos. Representativos de tal tendencia, son los inolvidables “ La Gloria eres tu” de José Antonio Méndez, “Contigo en la distancia” de Cesar Portillo, “Tu me acostumbraste” de Lucho Gatica, y cualquiera de los extraordinarios boleros del prodigioso Armando Manzanero.

Esta inclinación hacia la exacerbación de lo sentimental y lo emocional va a derivar en el surgimiento de la balada romántica, como fenómeno de estandarización de las expresiones musicales amorosas en el ámbito hispanoamericano, que se traducirá en unas estructuras melódicas, cadencias, matices y temática, afines a una forma común de sentir lo romántico.

Si analizamos todo este proceso evolutivo del bolero a lo largo de más de doscientos años, comprenderemos que su pervivencia en el tiempo y su pujante vigencia, no puede ser producto de la casualidad. Obedece sin duda a un hondo arraigamiento en la cultura popular de los pueblos hispanoamericanos.

Algunos autores, con bastante rigor, sostienen que dicha impronta cultural emana de la aceptación popular de los postulados estéticos establecidos en el movimiento literario modernista hispanoamericano, surgido en las postrimerías del siglo XIX, en fechas muy coincidentes con la génesis del bolero.

La inseparabilidad de letra y melodía en el bolero, es un hecho irrefutable, que distingue a este género de cualquier otro. Ello se demuestra cuando continuamente comprobamos que la permanencia en la memoria popular de las melodías bolerísticas obedecen a su inseparable vinculación con la letra. Basta enunciar un primer verso de cualquier letra de bolero para que el oyente sea capaz de reconstruir su diseño melódico y logre desarrollar toda su estructura musical. De hecho, esta estrecha conjunción de letra y música, resulta claramente intencionada cuando apreciamos que gran parte de estos mismos boleros toman como título identificativo el primer verso emblemático de su letra.

Aceptando así el intrínseco valor de la letra en el género del bolero, podríamos llegar a entender su lógica correlación literaria con el movimiento modernista, por cuanto ambos fenómenos nacen y se desarrollan en el mismo espacio temporal, y en tanto las letras del bolero contienen un sinnúmero de recursos poéticos de profunda solidez literaria.

Aun cuando el discurso genérico del bolero se limita y constriñe de manera recurrente en torno al sentimiento amoroso, en contraposición a la multiplicidad temática de la literatura modernista, y aún cuando tal reiterada referencia al amor, pudiera indicar que el mismo no terminó de romper con el romanticismo literario anterior; la profusa riqueza lingüística y la desbordante aparición de nuevos vocablos y expresiones en sus letras, disipa cualquier duda sobre la naturaleza literaria modernista del bolero. Podría decirse que el bolero tan sólo mantiene su relación con el movimiento romántico por su referencia al amor, siendo por ello romántico en su actitud y modernista en su estilo.

Un último aspecto viene a corroborar la concomitancia entre el bolero y el movimiento modernista hispanoamericano de finales del XIX, surgido como contraposición a la literatura romántica de procedencia europea. Nos referimos al intencionado alejamiento del modernismo de toda referencia regionalista, tan característica en el romanticismo literario anterior. El modernismo traerá una nueva visión integradora de un mundo sin fronteras ni limitaciones estéticas, que repercutirá directamente en la universalidad discursiva del bolero.

Este intrínseco carácter universalista del bolero propiciará una imparable expansión transcontinental a partir de los años cuarenta.

Pero en el ámbito de nuestras islas Canarias,no habrá que esperar hasta la llegada de esa década dorada del bolero. Pues aquí, nuestra estrecha y ancestral vinculación cultural y afectiva con Latinoamérica, a través de múltiples generaciones en permanente trasiego migratorio, nos llevará a asumir el bolero, desde sus orígenes, como un elemento consustancial más de nuestra idiosincrasia, formando incluso parte de esa génesis, al comprobar que algunos de esos mismos precursores del bolero criollo cubano, fueron de procedencia canaria.

Prueba de ese natural enraizamiento, es la plena vigencia del bolero en el cancionero popular de la islas, extensamente abordado por multitud de interpretes y formaciones musicales a lo largo de nuestra historia. Y mayor muestra de satisfacción y orgullo, es poder corroborar en la actualidad, que tal arraigo bolerístico ha llegado a producir un espléndido y entusiasta elenco de jóvenes compositores e intérpretes del bolero.

Abordaremos para esta ocasión, tres rutilantes ejemplos muy destacables por su frenética actividad, y por tener la virtud de saberse rodear de extraordinarios músicos, que en la medida de lo posible mencionaremos, en la voluntad de analizar someramente el espléndido panorama de la música romántica en nuestras Islas.

Alejandro C. Moreno y Marrero.

Es el autor de los hermosos versos con los que hemos iniciado estas líneas, pertenecientes a su bolero “Desdén”; maravillosa obra maestra compuesta para el extraordinario cantante grancanario Iván Montedeoca. Tal es la capacidad de Alejandro, que antes de que este artículo salga a la luz, ya ha culminado otra bellísima composición bolerística titulada “Anoche”, para el portentoso interprete tinerfeño Goyo Tavío.

Alejandro Moreno es esencialmente un hombre culto, entendiéndose tal calificación no sólo como un consecuente atributo debido a su amplia formación académica y universitaria, sino más bien, por su imparable inquietud participativa en cuantos eventos culturales se prodigan en nuestras Islas.

Incansable investigador y riguroso etnógrafo, canaliza sus extraordinarias aptitudes literarias a través de una inagotable lista de ensayos, estudios, poemas y artículos, que difunde generosamente por las más diversas tertulias y foros de opinión consagrados a nuestra cultura.

En el orden musical, su pertenencia a una de las familias del norte grancanario con mayor arraigo en esta materia, le llevó a dar los primeros pasos en su formación, ingresando en las Escuelas Municipales de Música de Gáldar y de Santa Maria de Guía, donde distinguidos músicos de nuestro entorno, como Javier Cerpa y Víctor Batista, le iniciaron en la adquisición de un portentoso bagaje de conocimientos de piano, guitarra clásica, armonía jazzística y composición musical.

Aún cuando su vida transita todavía por el estadío de la juventud, su producción musical abarca ya más de medio centenar de bellas composiciones de exquisita armonía melódica, a las que hay que añadir la excelente poética de sus letras.

Estas aptitudes le han llevado a ser reconocido como uno de nuestros más destacados autores en el panorama musical de las Islas.

En Alejandro Moreno, habita todo un compendio de recursos musicales de raíz y tradición folclórica tanto Canaria como Latinoamericana, pero se le reconoce esencialmente como un compositor bolerista clásico, cuya maestría y conocimientos le permiten hacer sorprendentes y prodigiosas incursiones a formatos de corte más próximos en el tiempo, como el feeling, el jazzeado...etc.

Prueba de esta dualidad en los géneros folclórico y romántico; muy frecuente en los autores de nuestras Islas; es su producción discográfica. Así, su primera grabación, en el año 2007, titulada “Bolero Latin Jazz”, nos ofrece una buena muestra de esta maestría y versatilidad frente al bolero, amén de sorprendernos con su excelente capacidad vocal y virtuosismo pianístico. En contraste con esta primera entrega, y como ejemplo de la mencionada dualidad musical inherente en su trayectoria, aparece en el año 2009 una nueva entrega discográfica bajo la denominación “Alejandro C. Moreno y Marrero canta a Argentina”, donde su titulo prácticamente lo dice todo, pues realiza un periplo musical a lo largo y ancho de las ricas y diversas expresiones folclóricas de ese entrañable rincón americano.

Entre los eventos más recientes en los que se ha suscitado la mención de su autoría, destaca la presentación en estreno de algunas de sus obras en el programa televisivo Tenderete de TVE, a cargo del cantante Iván Montesdeoca y el pianista Rayko León, así como la muestra de alguno de sus temas en el Festival del Bolero de Almeria, protagonizada por el excelente cantante Alexis Miranda acompañado del genial Pancho Delgado, del que hablaremos seguidamente.

Pancho Delgado; (Francisco Delgado García).

Pancho Delgado es la personificación de la sensibilidad que alimenta toda desbordada pasión por la música. Tal pasión le ha llevado a erigirse como sólido compositor y arreglista, amén de su faceta como instrumentista magistral y diligente productor musical.

De formación totalmente autodidacta, ha sido su denodada y persistente entrega al mundo musical lo que le ha encumbrado a su indiscutible categoría de maestro.

Porque Pancho inicia su andadura a la muy temprana edad de 7 años, abrazando un timple con el que principió su formación musical, en la bella localidad costera de Los Cristianos; Tenerife. Más tarde, ya en la adolescencia, halla en la guitarra el mejor vehículo para expresar las melodías que envolvieron aquella tierna juventud, donde los aires tradicionales de las Islas y Latinoamérica, conformaban el marco perfecto para el desarrollo de lo que, algo más tarde, le convertiría en uno de los máximos representantes isleños de la música romántica de nuestros días.

Serán esos aires latinoamericanos los que le lleven a descubrir el requinto, cuyo extraordinario y perfecto dominio le consagrarán como instrumentista de cuerda consumado, colaborando en las grabaciones de una impresionante relación de grandes artistas como Mestisay, José Vélez, Chago Melián, Parranda de Cantadores, Rafael Basurto, Enrique Cáceres, Alma de Bolero, Jóvenes Cantadores, Los Huaracheros, Isabel González…etc.

Tal es la capacidad de Pancho Delgado, que esa colaboración instrumental de los inicios comenzó a simultanearse con la creación de arreglos musicales para gran parte de esas mismas figuras con las que venía colaborando, a las que se le fueron sumando otras tantas como Parranda de Cantadores, Voz 6, Cuba Nova, Olga Cerpa (Mestisay), Chago Melián (Atlántico Canta), Jóvenes Cantadores, México en 4, Los Huaracheros, Sergio Núñez, Alexis Miranda…etc.

El paso de esta faceta de arreglista musical a su consolidación como brillante compositor, ha sido el lógico proceso natural de quien los dioses han bendecido con un incansable espíritu creativo desarrollado a lo largo de una extensa trayectoria en el mundo de la música. Porque Pancho Delgado, aún siendo muy reciente su inicio en esta faceta como compositor, casi lo ha escrito todo. Las composiciones para José Manuel Ramos, Marlene, Edgar Tena, Laurence Walls, Jóvenes Cantadores, Sergio Núñez, Raquel Zozaya, Shay, Chago Melián, Isabel González, Parranda de Cantadoresson un brillante y generoso tributo a la melodía romántica que engrandece el panoram

a musical de las Islas, y un aporte apreciable en el espejo sentimental y emocional donde nos venimos reconociendo los latinos a lo largo de nuestra historia; cuya evolución ha venido marcada por la constante discursiva del bolero.

Será esta veneración a la figura del bolero la que mueva a Pancho Delgado a introducirse en la producción discográfica de espléndidas grabaciones como “Alma de Bolero”, del trío del mismo nombre, así como en la promoción de espectáculos como “Noches de Bolero”, que lleva camino de convertirse en un referente punto de encuentro de este género.

Otro de estos espectáculos con exaltada presencia de la figura del bolero es “Canciones de Amor”, en el que Sergio Núñez, del que hablaremos a

continuación, despliega con total solvencia, la intencionalidad romántica y sentimental puesta por Pancho Delgado en las composiciones, arreglos y dirección de este espectáculo gestado en la voluntad de materializarse en un magnífico disco.

Sergio Núñez

Almeriense de lujo y canario de corazón , Sergio Núñez ha venido a imponer con su impronta personal y vocal, una calidez interpretativa cautivadora, que encumbra a la balada romántica y al bolero al justo lugar que le corresponde como sublime expresión musical del sentimiento amoroso latino.

Su extraordinaria versatilidad tonal, imprime a sus interpretaciones de un cromatismo melódico muy personal, que le ha llevado al clamoroso reconocimiento general de pertenecer a ese selecto grupo de artistas representativos de la canción romántico-latina contemporánea.

La vinculación de Sergio Núñez en el ámbito canario obedece a la lógica afinidad del género y temática musical que desarrolla, con la idiosincrasia impresa en la cultura tradicional del isleño, debido a su estrecha relación con Latinoamérica, que ha propiciado su plena integración afectiva y profesional en este archipiélago. Fruto de esa vinculación es su permanente participación en las más diversas actuaciones y espectáculos que se desarrollan en las Islas, colaborando con reconocidas figuras de nuestro entorno, como Chago Melián, Nauzet, Idayra Trujillo, José Manuel Ramos, Alba…etc.

Su alta formación musical, motiva que a menudo sea invitado a colaborar en interesantes proyectos discográficos con otros grandes intérpretes como Maguey, Salteños, Maria José Cámara y Beatriz Alonso Quartet.

La clamorosa ovación desatada en la presentación oficial su espectáculo “Canciones de Amor”, en un abarrotado Teatro Leal de La Laguna; Tenerife; junto a José Manuel Ramos, Pancho Delgado, Maria José Cámara e Idayra Trujillo, es otro exponente más de la confluencia y sintonía de este gran artista con el público de las Islas.

Con “Canciones de Amor”, Sergio Núñez ha recorrido algunos de los teatros más importantes de España, México y Cuba. Y ya trabaja en su gira por México , donde compartirá escenario con algunos artistas de renombre internacional del país Azteca.

Sergio Núñez participó como invitado en representación de España, en el Festival Internacional Boleros de Oro de La Habana, Cuba. Actúo en el Teatro América, donde estuvo acompañado por la orquesta de la RTV Cubana, y donde tanto crítica como público coincidieron en destacar su gran calidad vocal y la fuerza de su directo. Otros también fueron los escenarios cubanos que pudieron disfrutar del buen hacer musical del artista; Gato Tuerto, Sant Jones, Dos Gardenias y Teatro Mella.

En la Habana inicia el proyecto benéfico Musica y Sonrisas, donde ofrece conciertos íntimos para los estudiantes de música de la escuela de Quivican. El gobierno cubano invita a Sergio Núñez a continuar con este proyecto por las escuelas de música de Cuba, donde compaginará la presencia educativa, con la presentación de su espectáculo “Canciones de amor” en los teatros de las ciudades que visita.

"Noches de Bolero" ha sido otra de las citas importantes de Sergio Núñez en esta última temporada. En el marco incomparable de la playa de Los Cristianos en Tenerife, Sergio participó de un espectáculo elegante y romántico, rodeado de grandes artistas

La presencia de Sergio Núñez, a menudo ha sido requerida como protagonista para reconocidos medios de Canarias, Andalucia, México y Cuba. Pero su próxima cita musical será en Tenerife, su tierra de adopción.


Hasta aquí hemos intentado desarrollar el grandioso pasado e inmediato presente del bolero. Su futuro…fluirá mientras el amor siga anidando en el corazón de los hombres y mujeres…porque ese es el único sentimiento que sustentará para siempre nuestra condición humana…y porque siempre encontraremos un bolero que nos acompañe hacia esa eternidad.

Félix Román Morales

para Artistasenred

y Etnografía y Folclore.