Cuenta una ancestral leyenda que
Magec, señor del sol y de la luz, sucumbió al terrorífico poder del demonio
Guayota, quedando apresado en las incandescentes entrañas del Teide hasta que
Achaman, dios supremo, lo liberó para que su luz iluminara por siempre, a su amado pueblo.
Y fue a partir de entonces…cuando
el mito se convirtió en sentimiento. Porque esa quimérica luz heredada, pareció
haber anidado en el corazón de todos los canarios de bien, como un íntimo
fulgor palpitante que nos recuerda, en cada latir, la esencia misma de lo que
somos, y el inalcanzable anhelo de lo
que podríamos llegar a ser.
Deambular y perderse en los
inciertos caminos de las sombras, apartándonos de aquella remota luz que nos
autentifica como pueblo, es andar torpemente a tientas por el olvido, hasta dejar de reconocernos a nosotros mismos, y a
todos aquellos que han luchado por mantener viva esa misma luz.
Nada puede resultar más triste
para un pueblo que no reconocerse como tal, porque ello sólo significará que su
cultura, inexorablemente se disipará en la patética trivialidad y
superficialidad de este estrepitoso
mundo de nuestros días, donde la memoria, el pensamiento y la reflexión no parecen tener
cabida.
Y sin embargo…frente a estos
temores…de vez en cuando nos sorprende un hálito de esperanza al comprobar, que
pese a todo, aún pervive la gratitud para con algunos de aquellos que todavía
luchan… incansablemente… por perpetuar
los venerables signos que nos identifican como una entidad cultural
específica.
Una de estas esperanzadoras
ocasiones, es la que hoy nos trae aquí, en la que felicitamos la oportuna
iniciativa de la agrupación musical Magec, que ha tenido el acierto de conceder el “Magec de Honor 2012” , al entrañable amigo Alfredo
Ayala Ojeda.
Un rutilante palmarés de
distinguidas figuras de nuestra cultura popular, como Ezequiel León, Celestino Hernández Mesa,
Elfidio Alonso, Mary Sanchez, Totoyo Millares, Los Huaracheros, Francisco
Fariña y Luis Morera, junto a prestigiosas entidades como el Centro de la
Cultura Popular Canaria o la Obra Social de Caja Canarias; avalan la sólida
reputación de este galardón.
Cuando hablamos del “Magec de
Honor”, no nos estamos refiriendo a una distinción de carácter coyuntural ni a
una mera formalidad conmemorativa, pues tras de sí, este premio cuenta ya con
toda una década de historia, que coincide prácticamente con el tiempo de andadura del propio colectivo otorgante.
Y esta coincidencia cronológica
es un elemento que honra al grupo musical Magec, por cuanto el mismo se nos
muestra desde sus comienzos, como una formación sólida en sus planteamientos en
pro de la salvaguarda de nuestros valores culturales tradicionales.
Este posicionamiento institucional
tan claro y decidido, en favor de nuestra cultura, constituye uno de los
principales elementos inspiradores de la producción musical de Magec, que se
traduce en la extraordinaria coherencia
temática de su repertorio. Porque perseguir un noble objetivo preconcebido, es
dar sentido y veracidad a todo cuanto hacemos, o soñamos realizar.
La portentosa estructura coral e
instrumental, y la indiscutible calidad musical de esta formación, son una
evidente consecuencia de la inquebrantable
motivación, alentada por la unánime implicación en aquellos objetivos fijados en sus comienzos.
Igualmente merece toda nuestra
atención y admiración, la participación en este bello acto, del grupo musical recientemente formado, Hamelin Quartet, compuesto por cinco
prodigios de nuestra música: Francisco García, Candelaria González, Fernando
García, Héctor González y Wilmer Rodríguez. Sus nombres ya lo dicen todo… y de
su música, por razones de brevedad, sólo nos limitaremos a decir en esta ocasión,
que es la más portentosa y fascinante conjunción de virtuosismo y maestría que podemos
disfrutar en el panorama musical de nuestras islas. En futuras oportunidades
intentaremos, desde este pequeño espacio, abordar con mayor extensión y
profundidad, lo que sin duda podemos calificar como un fenómeno musical
extraordinario.
¿…Y qué podemos decir del otro
admirado amigo…Alfredo Ayala, sobre el que hoy se circunscribe el motivo central
de estas apresuradas letras, en torno a su nuevo homenaje, que añadiremos a una
larga lista de reconocimientos?.
Sólo se nos ocurre una torpe,
pero sincera respuesta: ¡Gracias Alfredo!.
Gracias; porque con tu noble
oficio de contador de bellas historias, has consagrado toda una vida a mantener
en nuestros corazones aquella tenue luz que nos emociona e identifica con el
hondo sentimiento de pertenecer a esta tierra.
Porque, tras una simple gaviota…tras un árbol
olvidado en alguna calle perdida…tras la mirada cansada de un curtido bregador
de nuestra lucha…has sabido encontrar una historia que contar. Y al hacerlo, casi
sin advertirlo ni pretenderlo, cuentas la historia de todos, y de todo cuanto realmente somos. Porque de
la cotidiana crónica de las sencillas cosas,
sabes extraer, como nadie, la esencia
misma de nuestra singularidad.
Gracias; porque, pese a todo…
jamás te rindes, dándonos a todos una ejemplar lección de inquebrantable
voluntad y tesón. Porque, siempre has tenido
la convicción de cuanto estás haciendo, y ya nada puede pararte. Porque esa
misma convicción es lo que te determina en alcanzar tus sueños, haciéndote una
persona auténtica…sin adorno alguno, porque no lo necesitas.
Gracias querido Alfredo; por haber
tenido a bien el honrarme con tu generosa amistad.
Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y para Etnografía y Folclore.