Con cierto rubor, confieso
que nunca había tenido la fortuna
de presenciar un directo de En-Cantadoras, pues los avatares del destino y la
insularidad que todo lo condiciona, no habían propiciado tan feliz
circunstancia.
Y fue tan sólo hace unos días,
con motivo del Festival de Nuestra Señora de Los Afligidos de Los Realejos,
cuando tuve la oportunidad; al fin; de
poder apreciar esta portentosa formación musical en toda su dimensión.
Abundando en la franqueza con la
que he comenzado estas torpes líneas, también he de confesar mi absoluta
sorpresa por lo vivido allí aquella noche, pues frente a la peculiaridad de la exclusiva
feminidad de esta agrupación, enfatizada
en tantos medios de opinión, existe una
En-Cantadoras que va mucho más allá de la simple percepción visual de la común
naturaleza de sus integrantes.
Y es que… en este, como en la mayoría de los casos, la femineidad
es simplemente un atributo casual, pero nunca un condicionante a la hora de dar
forma y desarrollar una actividad
artística o creadora.
Limitarse a destacar la naturaleza femínea de esta admirable formación musical, como el
elemento diferenciador de mayor relevancia, es sumir tan
prodigiosa impronta a la
superficialidad del frívolo etiquetado, que tanto daño viene haciendo a nuestro
panorama musical.
Porque En-Cantadoras es muchísimo
más que una determinada imagen estereotipada por los medios. Una fútil imagen en
la que jamás han pretendido reconocerse, pues son conscientes de que sus
valores van más allá de lo simplemente
estético o lo curiosamente insólito. Basta con asistir a los primeros
compases de cualquier tema de su bello repertorio, para que esa imagen del
artificio mediático sucumba, sorpresivamente, a la más rotunda expresión de solidez
y solvencia musical.
Es tan evidente esa rotundidad,
que no se precisa mayor indagación para saber de la férrea formación musical de
todas sus integrantes. Nada de cuanto este grupo musical ejecuta sobre el escenario, concede el más mínimo
resquicio de duda, sobre la personal convicción de que estamos ante uno de los
mejores grupos musicales de nuestro entorno. Y cuando utilizamos tal
calificativo, no pretendemos ni por asomo,
establecer un absurdo ranking sobre quién goza de mayores aptitudes para
representar a nuestro folclore, o aquella
música popular que el tiempo y la tradición nos la han convertido en
propia. Con tal juicio de valor, nos referimos a la distinción que prevalece sobre En-Cantadoras, como formación con una impronta cargada de
estilismo y cromatismo musical del que no existe referencia equiparable.
Nos referimos al palpable
potencial de futuro que se vislumbra en su línea creadora y compositiva, y que
se traduce en una portentosa ejecución coral, vocal e instrumental.
Nos referimos en definitiva, a
una imagen materializada desde la maestría y el esfuerzo, remotamente alejada
de aquella otra imagen de cliché, que aludíamos al comienzo de esta pequeña
reflexión literaria.
Aspirar a fijar como antecedente
comparable de este fenómeno musical, otras experiencias del pasado, como
aquella memorable “Tabona” , o “Voces de Mujer”, o aquel improvisado y televisivo “Seguro que sale
bien”, es reducir la cuestión a lo circunstancial y lo anecdótico, dejando de
soslayo lo verdaderamente substancial.
Y es que el hecho diferencial de
En-Cantadoras, radica más en lo substancial que en lo simplemente perceptible.
Y esa substancialidad…ese hondo calado impreso en toda su obra, es lo que dispensa a esta formación de una
coherencia musical sin fisuras, donde la
expresividad armónica y la riqueza de
matices sonoros en lo coral e instrumental, afloran generosamente para
desarrollar un inteligente discurso temático cargado de sensibilidad.
El resultado de tal compendio de
cualidades, converge en una evidente
y extraordinaria capacidad para proponer
elementos y recursos musicales innovadores, que aportan un nuevo y fresco caudal creativo al entumecido panorama
musical de nuestras islas.
Quienes por desventura o por
acierto, no gustamos de posicionamos en
la línea de la radicalización y la inmovilidad en nuestro folclore, inclinándonos
a admitir con convicción y sin aspavientos, la susceptibilidad del mismo a evolucionar, adivinamos en voluntades innovadoras como la de En-Cantadoras, el
necesario impulso para que nuestra música pueda seguir desarrollándose en el
tiempo, con naturalidad y conforme a las corrientes culturales que mismo pueblo a quien van dirigidas, demanda, recibe
y asume como propias.
Una excelente muestra de cuanto
afirmamos, es esa extraordinaria recapitulación de los Aires de Lima de El
Palmar, Artenara, Valsequillo e Ingenio, así como el Sorondongo Majorero, registrados en la primera entrega
discográfica: “Sueños de Mujer”. Nada de cuanto podríamos matizar en estas
líneas, alcanzaría a reflejar con
certeza el cúmulo de gratas sensaciones que suscitan tan bellas
interpretaciones sobre unas temáticas tan hondamente arraigadas en nuestro
acervo cultural, por cuanto las mismas
constituyen unas de las más destacadas
expresiones de nuestra lírica amorosa y costumbrista.
Evidentemente, toda esta
intencionalidad y claridad de objetivos no surge espontáneamente de un día para
otro. Es el resultado de un largo y constante esfuerzo, aún cuando desde sus comienzos, allá en los
inicios del 2005, ya se vislumbrara un pronunciamiento preciso sobre la
común inquietud de realizar un proyecto
musical distinto y diferenciado de los estándares musicales del momento.
Dicha motivadora inquietud de los
inicios, alcanza su momento álgido con
la presentación de la ya mencionada primera producción discográfica, “Sueños de
Mujer”, en septiembre de 2009, en el Centro de Iniciativas Culturales de la Caja de Canarias.
“Sueños de Mujer” fue y continúa siendo un fenómeno de tal consistencia, que traspasa el ámbito de lo puramente musical,
para despertar elementos de reflexión en
la esfera de lo social, al abordar el protagonismo de la mujer en distintos
aspectos de la historia del pensamiento y de las artes.
Quizás, a todo ello ayudara la ocurrente idea de
promocionar tan bello proyecto bajo el
formato de un espectáculo musical, brillantemente interpretado por la actriz Leo
Medina, bajo la conducción escénica de Mingo Ruano, y sobre un guión de Alexis Ravelo. Pero, es
evidente que tras el reconocido esplendor del esfuerzo escénico… tras la
rutilante participación de figuras invitadas como Mariví Cabo, Ynarhú Silva,
Mao Fermín o Abelardo García…tras el nutrido y prodigioso plantel de las maravillosas
solistas e instrumentistas de En-Cantadoras, subyace un sólido y contundente
argumentario musical, producido por Manuel Estupiñán y dirigido por Jacqueline
García Álamo.
Es tal
la solidez del proyecto, que la elección temática musical establecida a
priori, fue quien construyó, por si
sola, el hilo argumental de un hermoso
discurso dramatizado y musicalizado, cuyo mensaje ostenta una patente vigencia.
Pero la tenacidad y creatividad
de esta formación musical, alimenta nuevas ilusiones que anteponer a la
satisfacción de los logros ya alcanzados; y ya está muy próximo el feliz día
en el que En-Cantadoras nos ofrezca un nuevo e ilusionante regalo en forma de
un flamante segundo proyecto discográfico: “En-Cantadoras en directo”.
Quien desee tener un adelanto del
nuevo portento que se avecina, tan sólo debe acudir a alguna de sus actuaciones,
pues desde el pasado 16 de junio, en el que finalizó su maquetación, han venido
teniendo la deferencia de mostrar algunos bellos retazos de lo que será; y así
lo deseamos; un exitoso y trascendente hito en la trayectoria de esta
formidable agrupación musical.
Cuenta una ancestral leyenda que
Magec, señor del sol y de la luz, sucumbió al terrorífico poder del demonio
Guayota, quedando apresado en las incandescentes entrañas del Teide hasta que
Achaman, dios supremo, lo liberó para que su luz iluminara por siempre, a su amado pueblo.
Y fue a partir de entonces…cuando
el mito se convirtió en sentimiento. Porque esa quimérica luz heredada, pareció
haber anidado en el corazón de todos los canarios de bien, como un íntimo
fulgor palpitante que nos recuerda, en cada latir, la esencia misma de lo que
somos, y el inalcanzable anhelo de lo
que podríamos llegar a ser.
Deambular y perderse en los
inciertos caminos de las sombras, apartándonos de aquella remota luz que nos
autentifica como pueblo, es andar torpemente a tientas por el olvido, hasta dejar de reconocernos a nosotros mismos, y a
todos aquellos que han luchado por mantener viva esa misma luz.
Nada puede resultar más triste
para un pueblo que no reconocerse como tal, porque ello sólo significará que su
cultura, inexorablemente se disipará en la patética trivialidad y
superficialidad de este estrepitoso
mundo de nuestros días, donde la memoria, el pensamiento y la reflexión no parecen tener
cabida.
Y sin embargo…frente a estos
temores…de vez en cuando nos sorprende un hálito de esperanza al comprobar, que
pese a todo, aún pervive la gratitud para con algunos de aquellos que todavía
luchan… incansablemente… por perpetuar
los venerables signos que nos identifican como una entidad cultural
específica.
Una de estas esperanzadoras
ocasiones, es la que hoy nos trae aquí, en la que felicitamos la oportuna
iniciativa de la agrupación musical Magec, que ha tenido el acierto de conceder el “Magec de Honor 2012”, al entrañable amigo Alfredo
Ayala Ojeda.
Un rutilante palmarés de
distinguidas figuras de nuestra cultura popular, como Ezequiel León, Celestino Hernández Mesa,
Elfidio Alonso, Mary Sanchez, Totoyo Millares, Los Huaracheros, Francisco
Fariña y Luis Morera, junto a prestigiosas entidades como el Centro de la
Cultura Popular Canaria o la Obra Social de Caja Canarias; avalan la sólida
reputación de este galardón.
Cuando hablamos del “Magec de
Honor”, no nos estamos refiriendo a una distinción de carácter coyuntural ni a
una mera formalidad conmemorativa, pues tras de sí, este premio cuenta ya con
toda una década de historia, que coincide prácticamente con el tiempo de andadura del propio colectivo otorgante.
Y esta coincidencia cronológica
es un elemento que honra al grupo musical Magec, por cuanto el mismo se nos
muestra desde sus comienzos, como una formación sólida en sus planteamientos en
pro de la salvaguarda de nuestros valores culturales tradicionales.
Este posicionamiento institucional
tan claro y decidido, en favor de nuestra cultura, constituye uno de los
principales elementos inspiradores de la producción musical de Magec, que se
traduce en la extraordinaria coherencia
temática de su repertorio. Porque perseguir un noble objetivo preconcebido, es
dar sentido y veracidad a todo cuanto hacemos, o soñamos realizar.
La portentosa estructura coral e
instrumental, y la indiscutible calidad musical de esta formación, son una
evidente consecuencia de la inquebrantable
motivación, alentada por la unánime implicación en aquellos objetivos fijados en sus comienzos.
Por eso, y por mucho más de
cuanto aquí expresamos, Magec es una formación musical auténtica, absolutamente merecedora de toda nuestra consideración
y admiración personal. Muy inmerecido sería por nuestra parte, no personificar
dicha admiración en la figura de su director, Juan Pablo Pérez López, cuyo perfil
musical, solvencia y talento queda manifiesta en todo cuanto el mismo acomete.
Igualmente merece toda nuestra
atención y admiración, la participación en este bello acto, del grupo musical recientemente formado, Hamelin Quartet, compuesto por cinco
prodigios de nuestra música: Francisco García, Candelaria González, Fernando
García, Héctor González y Wilmer Rodríguez. Sus nombres ya lo dicen todo… y de
su música, por razones de brevedad, sólo nos limitaremos a decir en esta ocasión,
que es la más portentosa y fascinante conjunción de virtuosismo y maestría que podemos
disfrutar en el panorama musical de nuestras islas. En futuras oportunidades
intentaremos, desde este pequeño espacio, abordar con mayor extensión y
profundidad, lo que sin duda podemos calificar como un fenómeno musical
extraordinario.
¿…Y qué podemos decir del otro
admirado amigo…Alfredo Ayala, sobre el que hoy se circunscribe el motivo central
de estas apresuradas letras, en torno a su nuevo homenaje, que añadiremos a una
larga lista de reconocimientos?.
Sólo se nos ocurre una torpe,
pero sincera respuesta: ¡Gracias Alfredo!.
Gracias; porque con tu noble
oficio de contador de bellas historias, has consagrado toda una vida a mantener
en nuestros corazones aquella tenue luz que nos emociona e identifica con el
hondo sentimiento de pertenecer a esta tierra.
Porque, tras una simple gaviota…tras un árbol
olvidado en alguna calle perdida…tras la mirada cansada de un curtido bregador
de nuestra lucha…has sabido encontrar una historia que contar. Y al hacerlo, casi
sin advertirlo ni pretenderlo, cuentas la historia de todos, y de todo cuanto realmente somos. Porque de
la cotidiana crónica de las sencillas cosas,
sabes extraer, como nadie, la esencia
misma de nuestra singularidad.
Gracias; porque, pese a todo…
jamás te rindes, dándonos a todos una ejemplar lección de inquebrantable
voluntad y tesón. Porque, siempre has tenido
la convicción de cuanto estás haciendo, y ya nada puede pararte. Porque esa
misma convicción es lo que te determina en alcanzar tus sueños, haciéndote una
persona auténtica…sin adorno alguno, porque no lo necesitas.
Gracias querido Alfredo; por haber
tenido a bien el honrarme con tu generosa amistad.
Hoy nos hacemos eco de una estupenda noticia: La presentación de una nueva entrega discográfica de Fabiola Trujillo, que tendrá lugar en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, el próximo 26 de mayo, a las 20:30.
La producción musical de este trabajo ha estado a cargo, una vez más, de su compositor de cabecera, la persona que rige su carrera artística, Juan Carlos Sierra, productor de infinidad de trabajos discográficos y que algunos medios ya han bautizado como el “Manzanero canario” en clara alusión al archiconocido compositor mexicano Armando Manzanero.
Éste es un disco que engloba diferentes géneros musicales: rumba, balada, bolero, joropo, valses peruanos,… y que tiene como canción promocional la rumba “Enamoradita” que da título genérico a este trabajo.
Cuenta con la colaboración especial del artista José Vélez que comparte un dúo conmigo, la famosa canción “Tu retirada”, escrita por el prestigioso compositor mexicano José Alfredo Jiménez. Esta colaboración se hace más importante si cabe por el hecho de que Vélez no ha grabado con ningún otro artista en sus más de 30 años de carrera.
Biografía de Fabiola Trujillo.
Comenzó con 8 años en las fiestas de los municipios y barrios de la isla.
Se incorporó a diferentes agrupaciones folclóricas donde permaneció varios años.
Año 2002: Grabó su primer trabajo discográfico titulado “Mi razón de Vivir”, el cual los componía canciones de diferentes estilos, desde la cumbia a la balada o la ranchera.
Ha participado en varios encuentros de solistas y en programas de televisión como “Tenderete”, “La bodega de Julián”, etc..
Se ha presentado a diferentes festivales de la canción, obteniendo los siguientes premios:
ØII Festival del Centro Cial. “La Ballena” – 2ª Premio obtenido.
ØII Festival de la Canción del Noroeste (Gáldar) – 1º Premio.
ØFestival de la Canción de Yaiza (Lanzarote) – 2º Premio.
ØIII Festival de Boleros de Guía – 1º Premio.
ØIV Festival “Voces de Ahora” de Puntallana (La Palma) – 1º Premio.
Febrero 2006: Presentó su segundo trabajo discográfico titulado “Alma de Mariachi”, en el que se funden y entrelazan el bolero y la música mexicana, estilo con el que más se identifica. En este trabajo ya empieza a incluir algún tema inédito.
Sigue realizando actuaciones por diferentes municipios del archipiélago y en 2008 graba su trabajo “Adoro a México” bajo la producción musical de Juan Carlos Sierra y donde añade más temas inéditos bajo la pluma del compositor Grancanario Juan Carlos Sierra.
Es en este año y con motivo de la presentación de este disco, cuando lleva a cabo una apuesta arriesgada: presentar el disco en directo con una puesta en escena de 27 músicos.
Año 2010: Graba su cuarto trabajo discográfico denominado “Sangre de Charro” donde además de incluir temas inéditos del compositor canario antes mencionado, incluye la canción “Ciudad de México” escrita por el compositor sevillano de fama internacional José Abraham, autor de canciones de éxito en las voces de artistas como Tamara, Cristian Castro, David Bisbal, David Bustamante, Pastora Soler y otros.
Motivada siempre por el cariño de la gente, sigue trabajando hasta el día de hoy, presentando el quinto disco ya… parece que fue ayer.
Año 2012: Graba “Enamoradita”, un quinto disco con el que ha dado un vuelco al estilo que hasta ahora ha interpretado, para adentrarme en los sentimientos más íntimos y transmitirlos a través de las canciones.
Volver…es siempre un bello acto
de amor, porque nada ni nadie regresa a las
vivencias y a los lugares del pasado, si no es por la necesidad de hallar el
feliz reencuentro con los añorados apegos,
que un día quedaran en alguna cuneta de aquel camino que nos viera marchar.
A veces, el camino se hace más
camino cuando se retorna sobre los mismos pasos que nos llevaron lejos…porque a cada paso del regreso, revivimos
nuestra propia andadura en aquellas huellas impresas de la partida. Revivir lo
andado, siempre nos dará una
esclarecedora perspectiva de nosotros mismos, como efímeros caminantes de esta corta
vida…en la que, el caminar… es todo
cuanto da sentido a nuestra propia existencia. Y es que soñar con la vuelta, siempre
será la más noble motivación para iniciar
la partida.
Quienes se aventuran en los
senderos del adiós, principian a convertirse en soñadores del regreso,
anhelantes de volver a ver aquellos remotos pañuelos de la despedida, agitándose
de nuevo, en un jubiloso y hospitalario saludo de bienvenida.
Los habitantes del norteño lugar
de Los Realejos, saben muy bien de este soñar con el día del regreso, porque son
un pueblo de eternos trashumantes de caminos hacia otros horizontes de
esperanza. Porque desde las ingentes laderas de Tigaiga… desde las
profundidades del Barranco de Ruiz…todo se precipita hacia ese mar de nuevos horizontes, como una fuerza
telúrica que arrastra a sus gentes… a
partir…y así empezar a soñar, con el día
del retorno.
“Por los senderos de vuelta…”; es
el expresivo enunciado, adoptado por el
grupo Tigaray, para celebrar su feliz y plena reincorporación al panorama musical de las islas. Lejos de la
indeterminación poética de la propia oración elegida, la misma encierra toda
una declaración de intenciones, sobre cómo debe entenderse este nuevo y ansiado
acontecimiento musical. Pues de ella, sólo se desprende la emotividad que
siempre acompaña a quien vuelve a encontrarse con algo muy preciado, tras el inexorable
paso del tiempo.
Iniciar el sendero de vuelta,
reconociendo las propias huellas reveladoras
de una larga andadura de más de 27 años, es una inteligente actitud
conciliadora con el pasado, y una rotunda muestra de coherencia consigo mismo.
Pero, culminado ese camino de regreso, y abierto ya el equipaje, resulta alentador
comprobar que junto al pertrecho de la experiencia, hemos de desembalar una
nueva y esperanzadora carga, envuelta en las jóvenes ilusiones de quienes han
venido incorporándose en ese viaje hacia el reencuentro.
(Óleo de D. Eleuterio Garrido; portada del disco "En las raices del alma").
Reencontrarse consigo mismo, es renacer a la íntima verdad que condiciona
nuestra razón de ser, nuestra conciencia
y nuestro proceder como individuos. En el caso de Tigaray, esa íntima verdad, radica en su profundo amor a una tierra, cuyo
rotundo paisaje, eleva a los hombres en su espíritu, engrandeciéndolos en el
orgullo de pertenecer a ese lugar.
Es una verdad que se nos revela
nada mas entrar en el salón de ensayos de esta formación musical, al contemplar
la imponente presencia de un lema enmarcado, cuyos versos, rezan:
“De los riscos de
Tigaiga
salió una voz que
decía:
Aquí nació Tigaray,
que tenga muy larga
vida”.
(Tigaray: D. Agustín Hernández González)
Tigaiga…Tigaray…son dos
ancestrales acepciones fonéticas para referir un lugar y para nombrar una
emoción. Porque nacer, vivir y morir al amparo de las protectoras paredes de
Tigaiga, es como sentirse acunado en el regazo maternal de nuestra infancia,
donde las delicadas manos de la ternura y las caricias, se tornan suave brisa de
bruma y brezal. Y es que Tigaiga, no es simplemente un prodigioso lugar…Tigaiga
es un sentimiento.
Tigaray, asume y encarna ese
sentimiento como una parte indisoluble de si misma, para mostrarlo al mundo, un
lejano día de junio de 1985. Fruto de esa sensibilidad, surge una extensa
producción discográfica, cuyos títulos vienen a corroborar la particular
motivación emocional de este colectivo musical.
“Tigaray”, (1987); “Sueño de un
emigrante”, (1989); “En las raíces del alma”, (1993); “A la sombra de Tigaiga”,
(1996); “Las dos orillas”, (2000); “Veinte años”, (2006)…constituyen en su conjunto, un largo y esforzado periplo en torno a la
figura del hombre y su identificación con la tierra que le vio nacer, aún
cuando el mismo se encuentre muy lejos de ella.
Esta especial y reiterada exaltación
de la figura del ausente, surge como
natural reflejo del entorno poblacional
de Tigaray, tradicionalmente forzado a
una desgarradora emigración a lo largo
de los siglos. Llevar un fraterno mensaje a estos ausentes, ha sido un noble
empeño de Tigaray, a lo largo de su dilatada trayectoria, en la que podemos
destacar su prolongada gira por tierras
venezolanas, su participación en programas televisivos de difusión internacional
como Tenderete y La Bodega de Julián, así como su contribución en eventos de
proyección global como la Expo 92, o la Muestra Internacional de Folklore de
Sestao; Bilbao.
Conscientes y comprometidos en
transmitir este mensaje evocador de su tierra, Tigaray se distingue por una
profusa producción de factura propia, abordando una cuidada temática musical de
carácter costumbrista y tradicionalista, como “Sueño de un emigrante”,
“Tigaiga, paloma blanca”, “Fundidas en un abrazo”, “El Foguetero”, “Folias”,
“Isa a Bentor”, “Seguidillas del pescador”, “Balada del viento de Lanzarote”,
“Aires de Lima” y “Mayo”. Estos brillantes exponentes de creación propia,
constituyen sin lugar a dudas, la
esencia medular de Tigaray, que ha sido recibida y valorada en todos los
rincones de las islas y fuera de ellas.
Junto a este bagaje original,
Tigaray incorpora en su repertorio, otras temáticas musicales provenientes de
la asunción de otras culturas muy cercanas a la nuestra, a través del retorno
de las innumerables generaciones involucradas en las migraciones
históricas de nuestro pueblo.
La conjunción de ambas vertientes musicales, confiere a la trayectoria de Tigaray, el papel de un valioso puente cultural y
sentimental entre las dos orillas atlánticas, y la percepción
de una impronta universalista de
la música como fenómeno solidarizador de
los pueblos.
Nada de toda esta coherencia en
el planteamiento intencional de Tigaray podría llegar a buen término, si no fuera por su solidez y solvencia coral e
instrumental, demostradas a lo largo de tantos años. Desde el punto de vista
musical, creer firmemente en si mismos, ha sido una constante de esta
formación; y ello, se ha traducido en una sonoridad específica que les
distingue de otros colectivos, pese a las lógicas y diversas etapas,
propias de tan larga existencia.
Para esta presente etapa, Tigaray
ha tenido la nobleza y el acierto de otorgar la responsabilidad de la dirección
musical, a la figura de Samuel Fumero, vinculado a la formación musical desde
la infancia por motivos de familiares y de amistad. Y con ello, ha sabido
iniciar un nuevo ciclo de refuerzo
generacional, garante de renovados impulsos, con los que proseguir un
camino emprendido hace ya, algo menos de tres décadas. A la extraordinaria
capacidad y creatividad musical de Samuel, habremos de reconocer su total
implicación en la motivación doctrinaria del grupo, y apreciar el pleno conocimiento
de la evolución del mismo. Con todo ello, la dirección de Samuel Fumero se
constituye en la clave para iniciar esta nueva andadura de Tigaray, calificada
como la del reencuentro con sus propios valores, forjados a través del esfuerzo
y la constancia.
Estos profundos e incuestionables
valores de Tigaray, son los que nos llevan a la personal reflexión de afirmar
que: quien una vez estuvo en Tigaray, lo seguirá estando toda la vida…aunque ya
no esté entre nosotros.
El que canta es porque quiere
y, el que no quiere, no canta.
Hoy canto porque yo quiero,
y en mi querer nadie manda.
(“Nuestra Isa”: Abruncos; Jacob González Marrero y Manuel Haro Manzano).
Abrir la ilusión a un nuevo propósito, es como el entusiasta despertar infantil a la tenue luz incipiente de la aurora, donde el nuevo día que se avecina, siempre será mejor que el ayer, que ya fue vivido.
Y es que anhelar apasionadamente un futuro mejor, es convertirse nuevamente en aquel niño, cuyos escasos recuerdos, nunca dejará abandonados a la estéril nostalgia, porque, para él, tales vivencias siempre supondrán el más preciado tesoro donde fraguar la experiencia, que le muestre cómo afrontar el nuevo día, que aún está por venir.
En esos ilusionantes días venideros, anda Abruncos confabulando una nueva etapa como formación musical, en la que su pródigo pasado, lejos de anclarlo a sus ataduras, se convierte en el fundamento para una vigorosa y renovada motivación con la que avanzar hacia el futuro.
Nada podrá detener a este puñado de hombres, vinculados a un paisaje y a un paisanaje caracterizado por una abrupta orografía, y por una historia forjada en el ingente esfuerzo y sacrificio por superar las dificultades de la naturaleza. Porque el carácter de los hombres norteños, sobreviene de la necesidad de afrontar con decisión, las ancestrales penurias del pastor y del labrador de las cumbres… o del pescador acodado entre la pared acantilada y una mar embravecida, sin resquicio de piedad.
A diferencia de otras latitudes, en el norte de Tenerife; es el lugar quien transforma a los hombres, haciendo de la entereza indómita de su carácter, un elemento indisoluble de la propia severidad y el rigor del territorio. El municipio de La Guancha, es por su propia denominación e historia, un rotundo exponente de este espíritu indómito y perseverante…y es allí donde nace Abruncos un buen día de 1986. Debe su nombre, a una curiosa derivación toponímica de la Hoya del Brunco; una plácida hondonada salpicada de retamas y pinos hacia la luz, adormecida en el regazo del Teide. Pareciera que toda la magia de aquel lugar, hubiera impregnado de encanto sonoro al propio nombre adoptado por este grupo de hombres, para llamarse así mismos.
Toda esta potente contextualización ambiental e idiosincrásica, confiere en Abruncos el papel de convertirse en el fiel espejo donde se reflejan las vivencias populares guardadas en la memoria y en las tradiciones de sus gentes. Pues le ha llevado a asumir la tarea de investigar y rescatar los valores culturales y costumbristas de su pueblo, muchas veces olvidados en los antiguos refraneros y romances de transmisión oral. Por ello, Abruncos atesora en su repertorio musical, elementos poético-musicales arcaicos, de insustituible valor etnográfico.
Aún cuando esta encomiable labor rescatadora motivaría por si sola, nuestra admiración por esta formación musical, existen en Abruncos otros aspectos, que indudablemente, resultan igual de meritorios. Nos referimos a la creatividad compositiva de muchos de los temas musicales de factura propia, y a la cuidada expresión poética de las letras contenidas en su repertorio, involucrando a autores de extraordinaria valía como Agustín Aguiar, Esteban Quintero, José Félix Navarro, Alfonso Morales…etc. Y más recientemente: Manuel Haro Manzano y Jacob González Marrero.
Esta preocupación por el contenido literario de su temática musical, es algo enormemente gratificante, por cuanto lamentablemente, ha venido cayendo en desuso por parte de muchas formaciones musicales con formato y estructura similar a la de Abruncos.
La creación propia, es quizás desde el punto de vista temático, el elemento diferenciador más significativo de la contundente especificidad de este colectivo, y una muestra explícita de su solidez y coherencia.
Pero además de esta prodigiosa producción doméstica, abundan otros elementos musicales externos de carácter popular, incorporados al repertorio conforme el propio pueblo hace de ellos natural y espontáneo motivo de recreación, a través de su asimilación transcultural.
Muestra palpable de todas estas iniciativas y planteamientos, es la bella y consecuente producción discográfica de esta formación musical. Títulos como “Recuerdos”, “Embrujo”, “A la luz de un candil” o “Dímelo con un bolero”, son la expresión musical registrada de toda esta común voluntad por ofrecer una determinada aportación original al folclore y a la música tradicional de las islas. A lo largo de casi tres décadas, no ha habido rincón de éstas, nuestras islas, donde no se haya tenido la oportunidad de disfrutar de la particular sonoridad de Abruncos. Su presencia y participación en múltiples programas de radio y televisión, como “El Patio” de RTVE, “Taifa y Candil” de RTVE2, “Cantadores” de Antena3, “Denominación de origen” de Azul Televisión, o “Noches de Verano” de Canal 6 Teidevisión; ha propiciado la difusión del nombre de Abruncos a lo largo y ancho del archipiélago.
Más allá de estas orillas, en territorio peninsular, Abruncos ha sabido representar con brillantez y dignidad las peculiaridades de nuestra música, llevando su buenhacer a lugares como Madrid, Toledo, Segovia, Santiago y Santander.
Toda esta dilatada experiencia es la que afianza a Abruncos en su propósito de iniciar una nueva etapa, tras su reciente presentación del pasado 23 de marzo, en el Centro Cultural Santo Domingo, del municipio de La Guancha. El motivo de esta nueva andadura, no es otro que el derivado de la flamante incorporación de su nuevo director: Jacob González Marrero.
Quienes han tenido la fortuna y el honor de conocer a Jacob González, sabrán muy bien que tal incorporación a las labores de dirección musical de Abruncos, propiciará una revolución cualitativa decisoria en la historia de esta formación musical. Porque, con el paso de los años, hemos podido aprender y experimentar, que hay directores…y directores. Los hay, que pese a su indiscutible brillantez, la misma no les ha servido sino para pasar de puntillas por un determinado colectivo, sin dejar apenas huella, porque simplemente no han sabido, o no han querido, implicarse en las entrañas y en las aspiraciones del mismo. Su falta de implicación por conocer, asumir y potenciar las especificidades musicales propias de cada grupo, los lleva a imponer y generalizar un estándar cromático-musical sobre todas las agrupaciones a su cargo, desarraigándolas de todo cuanto les particulariza, para incorporarlas por igual a una sola expresividad de matices y efectos sonoros, que no son más que el reflejo y la prolongación de una férrea impronta personal, alimentada por la necesidad de mostrar, permanentemente y en cualquier lugar, la presencia de un determinado prestigio y una supuesta maestría.
Afortunadamente, la pervivencia de la pluralidad, riqueza y diversidad de nuestra música, está en muy buenas manos mientras existan actitudes y aptitudes como las que encarna Jacob González, porque precisamente su figura, apunta a todo lo contrario de lo señalado anteriormente. Se es buen músico cuando se es, pero se es Maestro cuando se demuestra, y Jacob González lo demuestra día a día, sin necesidad de grandes aspavientos.
Fruto de esta natural implicación por todo cuanto concierne a Abruncos, como nuevo grupo a su cargo, y asumiendo el particular planteamiento de éste, en aportar elementos musicales de creación propia, surgen de la mano, el saber y el alma de Jacob González, unas bellísimas folías e isas, que sirvieron de preámbulo y colofón, a tan grato y esperanzador acto de presentación.
Nada ni nadie a partir de ahora, podrá quedar indiferente ante el futuro de este nuevo Abruncos que se avecina, porque se ha unido el tesón con la perseverancia, la coherencia con la rectitud, y el alma con la maestría.
De cómo escribir un verso
y no encontrarle sentido;
de cómo hilar las palabras
y andar por ellas perdido.
(“Por ti, unas folías”: Abruncos; Jacob González Marrero).
Abrir las entrañas de la tierra, es ahondar en nosotros mismos.
Porque a cada golpe de azada…en cada estela polvorienta rota tras el esforzado surcar del arado, se evocan y reviven todos aquellos anhelos de nuestra gente por alcanzar un futuro mejor. Labrar nuestros malpaises calcinados por el sol, el salitre y el volcán, es un rito ancestral que nos sumerge en una parte esencial de nuestra cultura como pueblo de sembradores de esperanzas.
Y es esa vieja y paciente esperanza por obtener los frutos del mañana, la que aguarda en cada surco, y anida en el corazón de todos canarios de bien, mostrándose como la mayor riqueza que siempre podremos obtener del pálpito profundo de nuestra tierra.
Surco y Arado, es una formación musical que nace con este imperecedero espíritu de apego a la tierra, en la fértil comarca norteña de la isla de Gran Canaria, donde las tradiciones, al igual que el propio mundo agropecuario, luchan denodadamente contra el abandono y el olvido.
Surgida en los inicios de la década de los 90, en el galdense barrio de San Isidro, de donde toma inicialmente su denominación como “Amigos de San Isidro”; Surco y Arado nos presenta una trayectoria ejemplar en cuanto a su voluntad por desarrollar y difundir la enseñanza de nuestro folclore.
En el año 2001 impulsa la formación de un aula de toque de cuerdas, a la que seguirá la creación de un aula de danza y bailes folclóricos, en el año 2003. Un año después, implanta una nueva aula donde impartir conocimientos de canto coral, cuyo evidente buen resultado ha trascendido hasta nuestros días.
Todo este esfuerzo formativo y didáctico converge en la consolidación e institucionalización de Surco y Arado como agrupación folclórica de referencia en el ámbito del conjunto de las Islas, que la llevará a su participación, en el año 2005, en el primer Festival Regional de Folclore de Santiago de Gáldar. Su extraordinario éxito y aceptación propiciará su intervención en una segunda edición del referido festival, donde Surco y Arado hace presentación de su nueva vestimenta representativa del campesino de fiesta, o de gala, de los siglos XVIII y XIX.
Esta nueva aportación al campo de nuestra vestimenta tradicional, junto con el ropaje de campesino de faena, con la que inicialmente se dieron a conocer, ha hecho de Surco y Arado; así como de otras muchas agrupaciones del norte de Gran Canaria; un agente activo y enriquecedor en la difusión de nuestro patrimonio textil e indumentario.
Pero será el año 2007, cuando despegue y se consolide definitivamente Surco y Arado, a raíz de la presentación de una recreación costumbrista de los siglos XVIII y XIX, en el Centro Cultural Los Guaires de Galdar. Pues es en ese momento, cuando se produce el apadrinamiento e incorporación de una figura de enorme trascendencia para el desarrollo musical del grupo, encarnado en la persona del extraordinario director, compositor y arreglista: Víctor Batista.
Será en ese mismo año de 2007, cuando quede también definitivamente constituido y consolidado el brillante e impecable cuerpo de baile que hoy conocemos.
El esfuerzo colectivo a lo largo de estos años invistió a Surco y Arado de una sólida entidad que lo ha llevado a ser dignos representantes de su isla, comarca y municipio, en cuantos eventos de carácter festivo e institucional han venido propiciándose en nuestras islas, participando en tres ocasiones en la romería regional de Ntra. Sra. Del Pino, en el Encuentro 7 Islas de La Laguna…etc.
No debemos olvidar su notable labor precursora en el rescate de los tradicionales bailes de Taifa y Piñata, en la comarca norteña grancanaria, tan importantes para el mantenimiento y difusión de nuestras tradiciones.
Recientemente hemos tenido la fortuna de apreciar el buenhacer de Surco y Arado en la VIII Semana Cultural de La Laguna, que junto a otra prestigiosa formación como Labrantes de Arucas, ofrecieron una bellísima muestra del folclore tradicional de la isla de Gran Canaria, cuyo sello inconfundible, nos lleva a la reflexión sobre la diversidad de matices de nuestra cultura musical.
Quizás esa especificidad de matices, que todavía podemos apreciar en el acervo y la producción musical de cada una de nuestras islas, sea el mayor exponente de la riqueza de nuestro folclore.
Desde este pequeño rincón quisiéramos dar la enhorabuena a Surco y Arado por su magnífica labor y trayectoria, encauzada en la preservación y divulgación de nuestras tradiciones, así como por su esfuerzo y voluntad por mantener las especificidades propias de su contexto cultural.