viernes, 7 de diciembre de 2012

G.F. Isogue



Es difícil encontrar ejemplos donde pueda quedar en entredicho, la tendencia generalizada de calificar cualquier actividad artística o creativa, por el simple hecho de un éxito momentáneo, una abultada cuenta de resultados  o  una fulminante popularidad. 
Raras veces, consigue prosperar el criterio de entender, que frente a la sugerente imagen de la triunfante bandera sobre la cumbre alcanzada, precede y subyace la productiva y provechosa experiencia de la esforzada ascensión a esa misma cima.

Y es que… este… es el mundo de los hechos consumados donde nadie se detiene a leer en las perdidas páginas que cuentan la vida de algo o de alguien, y donde todos nos apresuramos  en acudir a la última hoja de conclusiones,  para  poder extraer allí algún abreviado y trivial  resumen,  con el  que asignar una etiqueta que encasille  a todos y a  todo cuanto suscita nuestro efímero interés.

Centramos nuestra atención en buscar un fin último de las cosas, porque damos por hecho de que nada tiene sentido si no existe a priori,  una incitación a alcanzar un objetivo concreto que  los demás puedan reconocer y alabar.



No nos damos cuenta  que al perseguir ese reconocimiento y alabanza del otro, en virtud de los triunfantes logros exhibidos, simplemente estamos dando complacencia a nuestra vanidad. Torpemente no conseguimos percatarnos, que en este estrepitoso mundo, ya no somos capaces de hallar el límite que satisfaga a esa vanidad, porque en el fondo, nos hemos convertido en seres torturados por una irreflexiva avidez de protagonismo y popularidad.

Y mientras andamos errantes…en esa búsqueda inocua y estéril, casi hemos perdido toda capacidad por recrearnos, simplemente,  en el  gozo y el divertimento que implica  el  desarrollo y la materialización de  nuestras inquietudes artísticas y creativas.

Andar los caminos sin más pretensión que contemplar el paisaje, es una bella forma de andar. Para muchos, distraer la mirada de la lejana  meta,  al final del camino marcada,  resulta ser  una actitud incomprensible, sin darse cuenta que obsesionarse por tal  ansiada llegada, es tan absurdo, como irracional resulta ser la insaciable ofuscación por alcanzar una  fugaz vanagloria.

Con esa larga andadura de supuestos pasos perdidos, ha caminado, sin prisas, el raro ejemplo que hoy traemos a este pequeño espacio. Nos referimos al Grupo Isogue, surgido hace veinte años a la sombra de un promontorio basáltico del mismo nombre, cuyas paredes acantiladas precipitan el vertiginoso descenso de la Cordillera de Anaga hasta su entrega en el mar, allá en la hospitalarias costas de Bajamar.

Si algún definitorio y acertado calificativo podemos enunciar para esta formación musical es el de sorprendente. Porque el Grupo Isogue es la más pura imagen de la sencillez y la humildad sobre un escenario, y bajo él.  Carentes de  todo afán de notoriedad o protagonismo, siempre nos ofrecen una actitud comedida y desprovista de cualquier pretensión grandilocuente en demostrar algo a alguien, salvo a sí mismos. 

Y ahí es donde reside la grandeza de este colectivo, a la que el público no es ajeno, en cuanto emergen los portentosos primeros compases armónicos de su cuerpo coral e instrumental. Nada hace sospechar que tras esa cándida imagen de la puesta en escena, irrumpa tan asombrosa y solvente calidad musical y coreográfica… hasta el punto…de no parecer ellos mismos, sino la antagónica figura que nunca han pretendido ser. Superarse a si mismos, es la clave de esta transformación, que sólo puede surgir desde la constancia y el esfuerzo en el día a día.

Es un esfuerzo que nace hace una veintena de años de la mano experta y creativa de Eusebio Cabrera, para ser retomado, en una segunda etapa, por su actual director musical Jacob González. Un esfuerzo iniciado por Juan Antonio Domínguez y continuado por Carlos Mora como directores del cuerpo de baile. Un esfuerzo, en definitiva, que siempre ha sido entendido por esta formación musical como el único camino donde avanzar y encontrarse con lo mejor de si mismos.




Asumir, como premisa motivadora, esta creencia en la superación personal y colectiva, les ha llevado a una permanente inquietud creativa en los aspectos temáticos de su extenso y sólido repertorio, donde abunda una poética relativa a cuestiones actuales y plenamente vigentes de nuestro entorno, y a la indagación y rescate de elementos argumentales y musicales del pasado.


Pero sin lugar a dudas, donde el referido esfuerzo de superación se manifiesta con total rotundidad, es en la extraordinaria ejecución coral e instrumental de una amplia y excelente compilación de recursos armónicos y melódicos, surgidos de la maestría de su director Jacob González Marrero.



La singularidad de ambos aspectos; el temático y el musical; ha conferido a esta agrupación  una impronta especifica fácilmente identificable,  en cuanto llega a nuestros sentidos alguno de sus recursos sonoros y poéticos, cuya concreción y particularidad  los hacen plenamente reconocibles.


La clave  para que tal proceso de superación haya dado sus frutos en Isogue, no es otra que el haber contado con la oportunidad de desarrollarse en un prolongado espacio temporal, gracias a la insólita estabilidad y permanencia del plantel de sus integrantes, capaces de superar cualquier natural controversia, en beneficio de desarrollar una tarea común, basada en intentar hacer las cosas bien, sin más objetivo que disfrutar colectivamente de la tarea realizada.


En estos días, anda el Grupo Isogue en plena grabación de lo que será su nuevo disco, donde quienes no han tenido aún  la oportunidad de escucharlos, podrán comprobar los motivos por los cuales, hoy aquí nos hemos hecho eco de su ejemplarizante andadura.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y  para Etnografía y Folclore.

martes, 23 de octubre de 2012

miércoles, 29 de agosto de 2012

EN-CANTADORAS



Con cierto rubor,  confieso  que nunca  había tenido la fortuna de presenciar un directo de En-Cantadoras, pues los avatares del destino y la insularidad que todo lo condiciona, no habían propiciado tan feliz circunstancia.
Y fue tan sólo hace unos días, con motivo del Festival de Nuestra Señora de Los Afligidos de Los Realejos, cuando  tuve la oportunidad; al fin; de poder apreciar esta portentosa formación musical en toda su dimensión.
Abundando en la franqueza con la que he comenzado estas torpes líneas, también he de confesar mi absoluta sorpresa por lo vivido allí aquella noche, pues frente a la peculiaridad de la exclusiva feminidad de esta agrupación,  enfatizada en tantos medios de opinión,  existe una En-Cantadoras que va mucho más allá de la simple percepción visual de la común naturaleza de sus integrantes.
Y es que… en este,  como en la mayoría de los casos, la femineidad es simplemente un atributo casual, pero nunca un condicionante a la hora de dar forma y  desarrollar una actividad artística o creadora.

Limitarse a destacar  la naturaleza femínea  de esta admirable formación musical, como el elemento diferenciador de mayor relevancia, es sumir   tan  prodigiosa  impronta a la superficialidad del frívolo etiquetado, que tanto daño viene haciendo a nuestro panorama musical.

Porque En-Cantadoras es muchísimo más que una determinada imagen estereotipada por los medios. Una fútil imagen en la que jamás han pretendido reconocerse, pues son conscientes de que sus valores van más allá de lo simplemente  estético  o lo curiosamente  insólito. Basta con asistir a los primeros compases de cualquier tema de su bello repertorio, para que esa imagen del artificio mediático sucumba, sorpresivamente, a la  más rotunda expresión de  solidez  y solvencia musical.

Es tan evidente esa rotundidad, que no se precisa mayor indagación para saber de la férrea formación musical de todas sus integrantes. Nada de cuanto este grupo musical ejecuta  sobre el escenario, concede el más mínimo resquicio de duda, sobre la personal convicción de que estamos ante uno de los mejores grupos musicales de nuestro entorno. Y cuando utilizamos tal calificativo, no pretendemos ni por asomo,  establecer un absurdo ranking sobre quién goza de mayores aptitudes para representar a nuestro folclore, o aquella  música popular que el tiempo y la tradición nos la han convertido en propia. Con tal juicio de valor, nos referimos a la distinción  que prevalece sobre En-Cantadoras, como  formación con una impronta cargada de estilismo y cromatismo musical del que no existe referencia equiparable.
Nos referimos al palpable potencial de futuro que se vislumbra en su línea creadora y compositiva, y que se traduce en una portentosa ejecución coral, vocal e instrumental.  
Nos referimos en definitiva, a una imagen materializada desde la maestría y el esfuerzo, remotamente alejada de aquella otra imagen de cliché, que aludíamos al comienzo de esta pequeña reflexión literaria.

Aspirar a fijar como antecedente comparable de este fenómeno musical, otras experiencias del pasado, como aquella memorable “Tabona” , o “Voces de Mujer”, o aquel  improvisado y televisivo “Seguro que sale bien”, es reducir la cuestión a lo circunstancial y lo anecdótico, dejando de soslayo lo verdaderamente substancial.
Y es que el hecho diferencial de En-Cantadoras, radica más en lo substancial que en lo simplemente perceptible. Y esa substancialidad…ese hondo calado impreso en toda su obra, es  lo que dispensa a esta formación de una coherencia musical  sin fisuras, donde la expresividad armónica  y la riqueza de matices sonoros en lo coral e instrumental, afloran generosamente para desarrollar un inteligente discurso temático cargado de sensibilidad.

El resultado de tal compendio de cualidades, converge  en una evidente y  extraordinaria capacidad para proponer elementos y recursos musicales innovadores, que aportan un nuevo y fresco  caudal creativo al entumecido panorama musical de nuestras islas.

Quienes por desventura o por acierto, no gustamos de  posicionamos en la línea de  la  radicalización y la  inmovilidad en nuestro folclore, inclinándonos a admitir con convicción y sin aspavientos,   la susceptibilidad del mismo a evolucionar, adivinamos en voluntades innovadoras  como la de En-Cantadoras,  el necesario impulso para que nuestra música pueda seguir desarrollándose en el tiempo, con naturalidad y conforme a las corrientes culturales que  mismo pueblo a quien van dirigidas, demanda, recibe y asume como propias.

Una excelente muestra de cuanto afirmamos, es esa extraordinaria recapitulación de los Aires de Lima de El Palmar, Artenara, Valsequillo e Ingenio, así como el Sorondongo Majorero,  registrados en la primera entrega discográfica: “Sueños de Mujer”. Nada de cuanto podríamos matizar en estas líneas,  alcanzaría a reflejar con certeza el cúmulo de gratas sensaciones que suscitan tan bellas interpretaciones sobre unas temáticas tan hondamente arraigadas en nuestro acervo cultural, por cuanto  las mismas constituyen  unas de las más destacadas expresiones de nuestra lírica amorosa y costumbrista.

Evidentemente, toda esta intencionalidad y claridad de objetivos no surge espontáneamente de un día para otro. Es el resultado de un largo y constante esfuerzo,  aún cuando desde sus comienzos, allá en los inicios del 2005, ya se vislumbrara un pronunciamiento preciso sobre la común  inquietud de realizar un proyecto musical distinto y diferenciado de los estándares musicales del momento.

Dicha motivadora inquietud de los inicios,  alcanza su momento álgido con la presentación de la ya mencionada primera producción discográfica, “Sueños de Mujer”, en septiembre de 2009, en el Centro de Iniciativas Culturales de la Caja de Canarias.
“Sueños de Mujer” fue y continúa  siendo un fenómeno de tal consistencia,  que traspasa el ámbito de lo puramente musical,  para despertar elementos de reflexión en la esfera de lo social, al abordar el protagonismo de la mujer en distintos aspectos de la historia del pensamiento y de las artes.

  
Quizás,  a todo ello ayudara la ocurrente idea de promocionar tan bello  proyecto bajo el formato de un espectáculo musical, brillantemente interpretado por la actriz Leo Medina, bajo la conducción escénica de Mingo Ruano, y  sobre un guión de Alexis Ravelo. Pero, es evidente que tras el reconocido esplendor del esfuerzo escénico… tras la rutilante participación de figuras invitadas como Mariví Cabo, Ynarhú Silva, Mao Fermín o Abelardo García…tras el nutrido y prodigioso plantel de las maravillosas solistas e instrumentistas de En-Cantadoras, subyace un sólido y contundente argumentario musical, producido por Manuel Estupiñán y dirigido por Jacqueline García Álamo.
Es  tal  la  solidez del  proyecto,  que la elección temática musical establecida a priori,   fue quien construyó, por si sola, el  hilo argumental de un hermoso discurso dramatizado y musicalizado, cuyo mensaje ostenta una patente vigencia.

Pero la tenacidad y creatividad de esta formación musical, alimenta nuevas ilusiones que anteponer a la satisfacción de los  logros ya  alcanzados; y ya está muy próximo el feliz día en el que En-Cantadoras nos ofrezca un nuevo e ilusionante regalo en forma de un flamante segundo proyecto discográfico: “En-Cantadoras en directo”.
Quien desee tener un adelanto del nuevo portento que se avecina, tan sólo debe acudir a alguna de sus actuaciones, pues desde el pasado 16 de junio, en el que finalizó su maquetación, han venido teniendo la deferencia de mostrar algunos bellos retazos de lo que será; y así lo deseamos; un exitoso y trascendente hito en la trayectoria de esta formidable agrupación musical.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y para Etnografía y Folclore.





sábado, 9 de junio de 2012

XI FESTIVAL MAGEC: Magec de Honor 2012 para Alfredo Ayala.



Cuenta una ancestral leyenda que Magec, señor del sol y de la luz, sucumbió al terrorífico poder del demonio Guayota, quedando apresado en las incandescentes entrañas del Teide hasta que Achaman, dios supremo, lo liberó para que su luz iluminara  por siempre, a su amado pueblo.

Y fue a partir de entonces…cuando el mito se convirtió en sentimiento. Porque esa quimérica luz heredada, pareció haber anidado en el corazón de todos los canarios de bien, como un íntimo fulgor palpitante que nos recuerda, en cada latir, la esencia misma de lo que somos,  y el inalcanzable anhelo de lo que podríamos llegar a ser.

Deambular y perderse en los inciertos caminos de las sombras, apartándonos de aquella remota luz que nos autentifica como pueblo, es andar torpemente a tientas por el olvido, hasta  dejar de reconocernos a nosotros mismos, y a todos aquellos que han luchado por mantener viva esa misma luz.

Nada puede resultar más triste para un pueblo que no reconocerse como tal, porque ello sólo significará que su cultura, inexorablemente se disipará en la patética trivialidad y superficialidad de este  estrepitoso mundo de nuestros días, donde la memoria, el  pensamiento y la reflexión no parecen tener cabida.

Y sin embargo…frente a estos temores…de vez en cuando nos sorprende un hálito de esperanza al comprobar, que pese a todo, aún pervive la gratitud para con algunos de aquellos que todavía luchan…  incansablemente… por perpetuar los venerables signos que nos identifican como una entidad cultural específica. 

Una de estas esperanzadoras ocasiones, es la que hoy nos trae aquí, en la que felicitamos la oportuna iniciativa de la agrupación musical Magec, que  ha tenido el  acierto de conceder el “Magec de Honor 2012”, al entrañable amigo Alfredo Ayala Ojeda.

Un rutilante palmarés de distinguidas figuras de nuestra cultura popular,  como Ezequiel León, Celestino Hernández Mesa, Elfidio Alonso, Mary Sanchez, Totoyo Millares, Los Huaracheros, Francisco Fariña y Luis Morera, junto a prestigiosas entidades como el Centro de la Cultura Popular Canaria o la Obra Social de Caja Canarias; avalan la sólida reputación de este galardón.

Cuando hablamos del “Magec de Honor”, no nos estamos refiriendo a una distinción de carácter coyuntural ni a una mera formalidad conmemorativa, pues tras de sí, este premio cuenta ya con toda una década de historia, que coincide prácticamente con el tiempo de  andadura del propio colectivo otorgante.
Y esta coincidencia cronológica es un elemento que honra al grupo musical Magec, por cuanto el mismo se nos muestra desde sus comienzos, como una formación sólida en sus planteamientos en pro de la salvaguarda de nuestros valores culturales tradicionales.
Este posicionamiento institucional tan claro y decidido, en favor de nuestra cultura, constituye uno de los principales elementos inspiradores de la producción musical de Magec, que se traduce en la  extraordinaria coherencia temática de su repertorio. Porque perseguir un noble objetivo preconcebido, es dar sentido y veracidad a todo cuanto hacemos, o soñamos realizar.

La portentosa estructura coral e instrumental, y la indiscutible calidad musical de esta formación, son una evidente consecuencia de la inquebrantable  motivación, alentada por la unánime implicación  en aquellos objetivos fijados en  sus comienzos.
 Por eso, y por mucho más de cuanto aquí expresamos, Magec es una formación musical auténtica,  absolutamente merecedora de toda nuestra consideración y admiración personal. Muy inmerecido sería por nuestra parte, no personificar dicha admiración en la figura de su director, Juan Pablo Pérez López, cuyo perfil musical, solvencia y talento queda manifiesta en todo cuanto el mismo acomete.

Igualmente merece toda nuestra atención y admiración, la participación en este bello acto,  del grupo musical recientemente  formado, Hamelin Quartet, compuesto por cinco prodigios de nuestra música: Francisco García, Candelaria González, Fernando García, Héctor González y Wilmer Rodríguez. Sus nombres ya lo dicen todo… y de su música, por razones de brevedad, sólo nos limitaremos a decir en esta ocasión, que es la más portentosa y fascinante conjunción  de virtuosismo y maestría que podemos disfrutar en el panorama musical de nuestras islas. En futuras oportunidades intentaremos, desde este pequeño espacio, abordar con mayor extensión y profundidad, lo que sin duda podemos calificar como un fenómeno musical extraordinario.

¿…Y qué podemos decir del otro admirado amigo…Alfredo Ayala, sobre el que hoy se circunscribe el motivo central de estas apresuradas letras, en torno a su nuevo homenaje, que añadiremos a una larga lista de reconocimientos?.
Sólo se nos ocurre una torpe, pero sincera respuesta: ¡Gracias Alfredo!.

Gracias; porque con tu noble oficio de contador de bellas historias, has consagrado toda una vida a mantener en nuestros corazones aquella tenue luz que nos emociona e identifica con el hondo sentimiento de pertenecer a esta tierra.
 Porque, tras una simple gaviota…tras un árbol olvidado en alguna calle perdida…tras la mirada cansada de un curtido bregador de nuestra lucha…has sabido encontrar una historia que contar. Y al hacerlo, casi sin advertirlo ni pretenderlo, cuentas la historia de todos,  y de todo cuanto realmente somos. Porque de la cotidiana crónica de las sencillas cosas,  sabes  extraer, como nadie,  la esencia  misma de nuestra singularidad.

Gracias; porque, pese a todo… jamás te rindes, dándonos a todos una ejemplar lección de inquebrantable voluntad  y tesón. Porque, siempre has tenido la convicción de cuanto estás haciendo, y ya nada puede pararte. Porque esa misma convicción es lo que te determina en alcanzar tus sueños, haciéndote una persona auténtica…sin adorno alguno, porque no lo necesitas.

Gracias querido Alfredo; por haber tenido a bien el honrarme con tu generosa amistad.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y para Etnografía y Folclore.

miércoles, 16 de mayo de 2012

FABIOLA TRUJILLO: "Enamoradita"

Hoy nos hacemos eco de una estupenda noticia: La presentación de una nueva entrega discográfica de Fabiola Trujillo, que tendrá lugar en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, el próximo 26 de mayo, a las 20:30.


La producción musical de este trabajo ha estado a cargo, una vez más, de su compositor de cabecera, la persona que rige su carrera artística, Juan Carlos Sierra, productor de infinidad de trabajos discográficos y que algunos medios ya han bautizado como el “Manzanero canario” en clara alusión al archiconocido compositor mexicano Armando Manzanero.

Éste es un disco que engloba diferentes géneros musicales: rumba, balada, bolero, joropo, valses peruanos,… y que tiene como canción promocional la rumba “Enamoradita” que da título genérico a este trabajo.

Cuenta con la colaboración especial del artista José Vélez que comparte un dúo conmigo, la famosa canción “Tu retirada”,  escrita por el prestigioso compositor mexicano José Alfredo Jiménez. Esta colaboración se hace más importante si cabe por el hecho de que Vélez no ha grabado con ningún otro artista en sus más de 30 años de carrera. 

Biografía de Fabiola Trujillo.
Comenzó con 8 años en las fiestas de los municipios y barrios de la isla.
Se incorporó a diferentes agrupaciones folclóricas donde permaneció varios años.

Año 2002: Grabó su primer trabajo discográfico titulado Mi razón de Vivir, el cual los componía canciones de diferentes estilos, desde la cumbia a la balada o la ranchera.
Ha participado en varios encuentros de solistas y en programas de televisión como Tenderete, La bodega de Julián, etc..

Se ha  presentado a diferentes festivales de la canción, obteniendo los siguientes premios:

Ø     II Festival del Centro Cial. “La Ballena” – 2ª Premio obtenido.
Ø     II Festival de la Canción del Noroeste (Gáldar) – 1º Premio.
Ø     Festival de la Canción de Yaiza (Lanzarote) – 2º Premio.
Ø     III Festival de Boleros de Guía – 1º Premio.
Ø     IV Festival “Voces de Ahora” de Puntallana (La Palma) – 1º Premio.


Febrero 2006: Presentó su segundo trabajo discográfico titulado Alma de Mariachi”, en el que se funden y entrelazan el bolero y la música mexicana, estilo con el que más se identifica. En este trabajo ya empieza a incluir algún tema inédito.

Sigue realizando actuaciones por diferentes municipios del archipiélago y en 2008 graba su trabajo Adoro a México bajo la producción musical de Juan Carlos Sierra y donde añade más temas inéditos bajo la pluma del compositor Grancanario Juan Carlos Sierra.
Es en este año y con motivo de la presentación de este disco, cuando lleva a cabo una apuesta arriesgada: presentar el disco en directo con una puesta en escena de 27 músicos.

Año 2010: Graba su cuarto trabajo discográfico denominado “Sangre de Charro” donde además de incluir temas inéditos del compositor canario antes mencionado, incluye la canción “Ciudad de México” escrita por el compositor sevillano de fama internacional José Abraham, autor de canciones de éxito en las voces de artistas como Tamara, Cristian Castro, David Bisbal, David Bustamante, Pastora Soler y otros.
Motivada siempre por el cariño de la gente, sigue trabajando hasta el día de hoy, presentando el quinto disco ya… parece que fue ayer.

Año 2012: Graba “Enamoradita”, un quinto disco con el que ha dado un vuelco al estilo que hasta ahora ha interpretado, para adentrarme en los sentimientos más íntimos y transmitirlos a través de las canciones. 




Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y para Etnografía y Folclore.

jueves, 19 de abril de 2012

Tigaray: "Por los senderos de vuelta..."




“…Te llevo en el corazón
porque en tus montes y cumbres
dejé ilusiones primeras,
mis recuerdos más queridos,
mis mejores primaveras…”
(Tigaray: Sueño de un emigrante)

Volver…es siempre un bello acto de amor,  porque nada ni nadie regresa a las vivencias y a los lugares del pasado, si no es por la necesidad de hallar el feliz reencuentro con  los añorados apegos, que un día quedaran en alguna cuneta de aquel camino que nos viera marchar.

A veces, el camino se hace más camino cuando se retorna sobre los mismos pasos que nos llevaron  lejos…porque a cada paso del regreso, revivimos nuestra propia andadura en aquellas huellas impresas de la partida. Revivir lo andado, siempre nos dará  una esclarecedora perspectiva de nosotros mismos, como efímeros caminantes de esta corta vida…en la que,  el caminar… es todo cuanto da sentido a nuestra propia existencia. Y es que soñar con la vuelta, siempre será la más noble  motivación para iniciar la partida.

Quienes se aventuran en los senderos del adiós, principian a convertirse en soñadores del regreso, anhelantes de volver a ver aquellos remotos pañuelos de la despedida, agitándose de nuevo, en un jubiloso y hospitalario saludo de bienvenida.
 Los habitantes del norteño lugar de Los Realejos, saben muy bien de este soñar con el día del regreso, porque son un pueblo de eternos trashumantes de caminos hacia otros horizontes de esperanza. Porque desde las ingentes laderas de Tigaiga… desde las profundidades del Barranco de Ruiz…todo se precipita hacia ese  mar de nuevos horizontes, como una fuerza telúrica que arrastra  a sus gentes… a partir…y así empezar a soñar,  con el día del retorno.

“Por los senderos de vuelta…”; es el expresivo enunciado,  adoptado por el grupo Tigaray, para celebrar su feliz y plena reincorporación al  panorama musical de las islas. Lejos de la indeterminación poética de la propia oración elegida, la misma encierra toda una declaración de intenciones, sobre cómo debe entenderse este nuevo y ansiado acontecimiento musical. Pues de ella, sólo se desprende la emotividad que siempre acompaña a quien vuelve a encontrarse con algo muy preciado, tras el inexorable paso del tiempo.

Iniciar el sendero de vuelta, reconociendo las propias huellas  reveladoras de una larga andadura de más de 27 años, es una inteligente actitud conciliadora con el pasado, y una rotunda muestra de coherencia consigo mismo. Pero,  culminado ese camino de regreso,  y abierto ya el equipaje, resulta alentador comprobar que junto al pertrecho de la experiencia, hemos de desembalar una nueva y esperanzadora carga, envuelta en las jóvenes ilusiones de quienes han venido incorporándose en ese viaje hacia el reencuentro.
(Óleo de D. Eleuterio Garrido; portada del disco "En las raices del alma").

Reencontrarse consigo mismo,  es renacer a la íntima verdad que condiciona nuestra razón de ser,  nuestra conciencia y nuestro proceder como individuos. En el caso de Tigaray, esa íntima verdad,  radica en su profundo amor a una tierra, cuyo rotundo paisaje, eleva a los hombres en su espíritu, engrandeciéndolos en el orgullo de pertenecer a ese lugar.

Es una verdad que se nos revela nada mas entrar en el salón de ensayos de esta formación musical, al contemplar la imponente presencia de  un lema  enmarcado, cuyos  versos, rezan:

“De los riscos de Tigaiga
salió una voz que decía:
Aquí nació Tigaray,
que tenga muy larga vida”.
                                                                                (Tigaray: D. Agustín Hernández González)
                                                                                             

Tigaiga…Tigaray…son dos ancestrales acepciones fonéticas para referir un lugar y para nombrar una emoción. Porque nacer, vivir y morir al amparo de las protectoras paredes de Tigaiga, es como sentirse acunado en el regazo maternal de nuestra infancia, donde las delicadas manos de la ternura y las caricias, se tornan suave brisa de bruma y brezal. Y es que Tigaiga, no es simplemente un prodigioso lugar…Tigaiga es un sentimiento.

Tigaray, asume y encarna ese sentimiento como una parte indisoluble de si misma, para mostrarlo al mundo, un lejano día de junio de 1985. Fruto de esa sensibilidad, surge una extensa producción discográfica, cuyos títulos vienen a corroborar la particular motivación emocional de este colectivo musical.

“Tigaray”, (1987); “Sueño de un emigrante”, (1989); “En las raíces del alma”, (1993); “A la sombra de Tigaiga”, (1996); “Las dos orillas”, (2000); “Veinte años”, (2006)…constituyen  en su conjunto,  un largo y esforzado periplo en torno a la figura del hombre y su identificación con la tierra que le vio nacer, aún cuando el mismo se encuentre muy lejos de ella.

Esta especial y reiterada exaltación de la figura del ausente,  surge como natural  reflejo del entorno poblacional de Tigaray,  tradicionalmente forzado a una desgarradora  emigración a lo largo de los siglos. Llevar un fraterno mensaje a estos ausentes, ha sido un noble empeño de Tigaray, a lo largo de su dilatada trayectoria, en la que podemos destacar su  prolongada gira por tierras venezolanas, su participación en programas televisivos de difusión internacional como Tenderete y La Bodega de Julián, así como su contribución en eventos de proyección global como la Expo 92, o la Muestra Internacional de Folklore de Sestao; Bilbao.

Conscientes y comprometidos en transmitir este mensaje evocador de su tierra, Tigaray se distingue por una profusa producción de factura propia, abordando una cuidada temática musical de carácter costumbrista y tradicionalista, como “Sueño de un emigrante”, “Tigaiga, paloma blanca”, “Fundidas en un abrazo”, “El Foguetero”, “Folias”, “Isa a Bentor”, “Seguidillas del pescador”, “Balada del viento de Lanzarote”, “Aires de Lima” y “Mayo”. Estos brillantes exponentes de creación propia, constituyen sin lugar a dudas,  la esencia medular de Tigaray, que ha sido recibida y valorada en todos los rincones de las islas y fuera de ellas.
Junto a este bagaje original, Tigaray incorpora en su repertorio, otras temáticas musicales provenientes de la asunción de otras culturas muy cercanas a la nuestra, a través del retorno de  las innumerables  generaciones involucradas en las migraciones históricas de nuestro pueblo.

La conjunción  de ambas vertientes musicales,  confiere a la trayectoria de Tigaray,  el papel de un valioso puente cultural y sentimental entre las dos orillas atlánticas, y la  percepción  de una  impronta universalista de la música como fenómeno solidarizador  de los pueblos.

Nada de toda esta coherencia en el  planteamiento intencional de Tigaray  podría llegar a buen término, si no fuera  por su solidez y solvencia coral e instrumental, demostradas a lo largo de tantos años. Desde el punto de vista musical, creer firmemente en si mismos, ha sido una constante de esta formación; y ello, se ha traducido en una sonoridad específica que les distingue de otros colectivos, pese a las lógicas y diversas  etapas,  propias de tan larga existencia.
Para esta presente etapa, Tigaray ha tenido la nobleza y el acierto de otorgar la responsabilidad de la dirección musical, a la figura de Samuel Fumero, vinculado a la formación musical desde la infancia por motivos de familiares y de amistad. Y con ello, ha sabido iniciar  un nuevo ciclo de refuerzo generacional,  garante de  renovados impulsos, con los que proseguir un camino emprendido hace ya, algo menos de tres décadas. A la extraordinaria capacidad y creatividad musical de Samuel, habremos de reconocer su total implicación en la motivación doctrinaria del grupo, y apreciar el pleno conocimiento de la evolución del mismo. Con todo ello, la dirección de Samuel Fumero se constituye en la clave para iniciar esta nueva andadura de Tigaray, calificada como la del reencuentro con sus propios valores, forjados a través del esfuerzo y la constancia.

Estos profundos e incuestionables valores de Tigaray, son los que nos llevan a la personal reflexión de afirmar que: quien una vez estuvo en Tigaray, lo seguirá estando toda la vida…aunque ya no esté entre nosotros.

Es Tigaiga…brezo y bruma en risco altivo.
Tigaiga…
Cuando la muerte me traiga
la soledad en la penumbra,
oiré los ecos perdidos
de mi Tigaray querido,
que en sus laderas retumba.
Laderas de mis Realejos,
donde habrás de encontrar mi tumba.
(Folias: Tigaray)




Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred y
para Etnografía y Folclore.