martes, 21 de febrero de 2012

La parranda abre camino: Parranda El Carburo.

En estos presurosos días,  ensombrecidos por una permanente y atenazante  incertidumbre sobre las expectativas de  todo cuanto concierne al futuro de nuestras vidas; cada vez más sujetas a los indescifrables caprichos del azar y a una vertiginosa espiral de usura y egoísmo que hemos venido en mal-llamar “los mercados”;  surge en todos nosotros la imperiosa necesidad de hallar algún referente ideológico donde asirnos desde el naufragio de la imaginación perdida. Buscamos con ansiedad la frase lapidaria que materialice un pensamiento que nos conduzca nuevamente hacia la seguridad de la luz, dejando atrás la penumbra de la ignorancia y la desolación de las ideas.
Asistimos con resignación a una continua reedición de los logros intelectuales y culturales de otras épocas más fecundas de nuestra historia,  sabedores de nuestra actual  incapacidad de propiciar nuevos caminos para las artes, la cultura y el pensamiento.
Y es que la imperante ausencia de todo vestigio de creatividad intelectual y artística, es el más claro síntoma de que estamos, una vez más, ante  las puertas del árido páramo de la decadencia cultural, por el que ocasionalmente ha transitado, como en  lánguido destierro, nuestra humana civilización a lo largo de su historia.
Nada debemos temer del eclecticismo y el revisionismo cultural que nos embarga, pues es un abismo que ya hemos bordeado antes,  y  el cual siempre hemos sabido sortear.  Reeditar, revisar y recrear nuestra producción artística,  es la mejor estrategia planteable, en tanto no surjan nuevos horizontes de pensamiento, traídos por una nueva escala de valores, tan necesaria  para nuestra sociedad.

En el ámbito artístico más concreto  de la música, no debería perturbarnos el contemplar la persistente recurrencia a las temáticas compositivas y poéticas  ya producidas a lo largo del tiempo, que continuamente emergen  en forma de reediciones discográficas, de recreaciones armónicas, o de variaciones estilísticas. El afloramiento de episodios musicales del pasado es una circunstancia de los turbios tiempos que corren, pero nunca una consecuencia de los mismos. Pues, si así lo concibiéramos, estaríamos ante un simple acto nostálgico y evocador de los logros musicales pretéritos,  y nos alejaríamos radicalmente de la oportunidad de ahondar en el extenso campo del pasado, donde extraer y afianzar  aquellos elementos invariables e identificadores de nuestra cultura musical, que preparen el camino para la nueva era y el nuevo impulso creador que inexorablemente llegará, como bien nos ha enseñado siempre la Historia.

Recientemente,  viene suscitándose  en algunos foros de opinión, y desde alguna prominente figura del ámbito musical de nuestro entorno,  un cuestionamiento sobre la pérdida de vigencia y el agotamiento de los recursos temáticos y melódicos que han venido conformando el bagaje de nuestra cultura musical tradicional y popular, estableciéndose de forma concluyente,  que tal proceso evolutivo de la historia de nuestra música, ha encontrado su final.  Ante tal fatídica conclusión, se promulga y postula la necesidad de recurrir a otras fuentes musicales de dudoso arraigo y vinculación con nuestro pasado, para que las mismas abran nuevas perspectivas  a una supuesta  creatividad agotada, aún cuando ello nos aleje definitivamente de nuestros orígenes y nuestra singular razón de ser.
Por nuestra condición de pueblo descendiente de  emigrantes  y por razones geopolíticas,  nuestra cultura siempre se ha caracterizado por su vocación pluralista y receptora de todo cuanto ha arribado a nuestras costas atlánticas. Y sin embargo, el resultado de ese sincretismo cultural a lo largo de los siglos, es una monolítica y específica identidad,  palpable en la cultura e idiosincrasia de nuestro pueblo. Y es que tan sólo el natural proceder de las gentes a lo largo de generaciones, puede llegar a dirimir qué elementos externos pueden llegar a ser asumibles y consustanciales con el desarrollo y evolución de nuestra propia cultura.
Yuxtaponer a nuestra música tradicional y popular,  una acción globalizadora multiétnica, cargada de nuevos recursos sonoros exóticos que nada tienen que ver con  las cadencias melódicas que nos identifican, supone una innovación  artificial y temeraria, aún cuando la misma surja de la mejor intención para salir del estancamiento creativo.
Dicho artificio, cobra una intencionalidad suicida, cuando quienes proponen dicha operación pretenden, en defensa de la misma,  erradicar todo vestigio del pasado, entendiendo que la producción musical pretérita,  es materia “superada”; desechándose así las más elementales y originarias referencias de nuestra cultura musical.
Pero, cuando además se enuncia,  sin más elemento de juicio que el protagonizar la titularidad de una frase llamativa y ocurrente,  que nuestra música ha quedado obsoleta  por su estrecha circunscripción a la figura de “la parranda”, llegamos definitivamente a la conclusión de que nos encontramos ante un posicionamiento desconcertante e inconsistente.
La parranda, no puede limitarse a ser considerada simplemente como un fenómeno social y festivo, concebido sin más propósito que la búsqueda del entretenimiento o la diversión. Su denominación no puede ser perversamente identificada como algo puramente intrascendente y anecdótico. Dar ese tratamiento peyorativo a la parranda  es denigrarnos a nosotros mismos.
Porque la parranda,  es y ha sido el ámbito natural donde se refrenda la valía y aceptación popular de un determinado motivo musical de nueva creación, para incorporarlo al acervo cultural del pueblo, o para que el mismo quede desechado en el olvido.
Y es que la parranda no es un fin en si misma. No es la parranda  la que converge en la música, sino es ésta  última la que busca la confluencia en el seno de la parranda para poder perpetuarse en el tiempo.
Por muy exquisita y sublime  que sea una nueva creación musical, y por muy potente que sean los instrumentos mediáticos para su difusión, la misma quedará perdida en la indiferencia del tiempo, en tanto no logre incorporarse a la memoria musical colectiva fraguada en la parranda.  Simplemente quedará como un objeto raro, bello y ajeno al sentimiento común e identitario del pueblo. Porque negar  a la parranda es dar la espalda a la misma fuente de  nuestra cultura musical  y a nuestra propia razón de ser.

Como muestra de cuanto hemos expuesto, hoy traemos a este pequeño apartado un ejemplo contundente: La Parranda El Carburo.
Debe su denominación a una pequeña lamparita de carburo de calcio cuya tenue luz alumbró el ingente esfuerzo de nuestros antepasados por arrancar de las mismas entrañas de la cumbre,  un  generoso destilar agua  para dar la vida a esta tierra. La misma luz de llama azulada,  en torno a la cual muchos de nuestros hogares de antaño conciliaron el descanso nocturno, cuando hasta el aceite para el candil resultaba un lujo inasequible.
La Parranda El Carburo es esencialmente un colectivo de voluntades aunadas  por  la común inquietud de representar el sentir musical de los más recónditos  rincones de nuestros pueblos.

Su amplio y heterogéneo repertorio musical  es el propio reflejo de todo cuanto es perceptible en nuestras calles y plazas, porque es en este entorno ambiental,  donde El Carburo consigue establecer estrechas relaciones de reciprocidad y empatía  con el público. Y es que a veces, implicarse en el movimiento cultural de un pueblo no supone mayor esfuerzo que el vivir y compartir de manera natural,  el propio devenir de los acontecimientos cotidianos  de éste. Es incorporar un vigoroso impulso de intenciones y propuestas,  al fluir de la corriente donde discurren las motivaciones culturales que dicho pueblo ha convenido en asumir como  propias.
Por todo ello,  El Carburo es más parranda cuanto más pueblo…y ello, le hará perdurar en el tiempo mientras subsistan aquellas señas culturales que nos identifiquen colectivamente.
Constituida en el año 2005 en el municipio de El Rosario, La Parranda El Carburo está compuesta actualmente  por once integrantes, cuya característica principal es su distinta procedencia  y vinculación a otras formaciones musicales de gran prestigio y larga trayectoria. Sin embargo, este perfil multifacético de muchos de sus componentes, no supone ningún tipo de condicionamiento, pues su pertenencia a El Carburo, nace de la inquietud por mantener y potenciar el formato de la parranda popular de corte tradicional, que personifica y acopia la herencia musical  de la calle.

Conscientes de ser portadores de esa herencia musical propia, han sabido mostrarla con dignidad y orgullo en otras latitudes como Andalucía, Cataluña y Cantabria; y a través de distintos canales mediáticos de radio y televisión.
Desde este pequeño rincón, queremos manifestar nuestro reconocimiento a La Parranda El Carburo, por ser un colectivo que ha sabido nutrirse de personas que siempre han creído firmemente en lo que hacen, sin perseguir mayor contraprestación que sentirse parte indisoluble del propio pueblo. Que la luz de la pequeña lamparita que los representa,  alumbre por siempre nuestro a veces cuestionado panorama musical.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred y
Etnografía y Folclore.   

jueves, 26 de enero de 2012

Parranda Chigadá


Inevitablemente, cada vez que empezamos a leer el historial de alguna formación musical de nuestro interés, brota en  nuestro ánimo una benévola sonrisa,  cuando una vez más,  comprobamos que el currículo en cuestión, siempre inicia su narrativa con la frase: “… nace de un grupo de amigos que de vez en cuando nos reuníamos…”.
Porque  en  el transcurrir de los años, lamentablemente hemos visto y vivido más de un proyecto musical truncado, aún cuando el mismo haya surgido desde este noble sentimiento de la amistad. Y es que quizás, algunos de nosotros hayamos perdido por el camino la verdadera motivación que impulsa y da sentido a nuestro folclore, como espontánea y natural   expresión idiosincrásica y costumbrista de éste fraterno sentimiento.
Nada de cuanto concierne a nuestro folclore tiene verdadero sentido si en el mismo no subyace una sincera predisposición a prodigarse en fomentar y compartir un generoso  sentimiento de amistad. Quienes, en el fondo,  relegan esta motivación y se decantan por  otros objetivos más tangibles y prácticos,  podrán creer haber alcanzado la plenitud de sus metas, sin caer en la cuenta de lo efímero que son los éxitos, en este pequeño planeta del folclore.
Pero, después de lo dicho, podemos regocijarnos ante el panorama humano de la formación musical que hoy traemos aquí: Parranda Chigadá. Porque quienes la conocemos y hemos tenido la fortuna de convivir con ella,  sabemos con certeza que la manida frase con la que enuncia su historial, aquí si tiene pleno sentido y vigencia.
Y es que  Parranda Chigadá ha tenido la inmensa suerte de nacer en la bella isla de La Gomera. Un esplendoroso lugar donde todos se conocen desde la niñez…donde la vida transcurre en apacible convivencia, propiciando el interés en el bienestar del amigo como mejor forma de conducirse por la vida.
De tal vigorosa simiente surge, cargada de complicidad,  la  común voluntad de los veintidós integrantes de La Parranda Chigadá, en proponer y desarrollar nuevos elementos musicales y temáticos de nuestro folclore, desde una estructura coral masculina con base instrumental de cuerda, viento y percusión.
En apariencia, quizás sea esta estructura lo más llamativo de esta formación musical, por cuanto el formato imperante en el panorama folclórico de La Gomera, responde más a la fórmula tradicional mixta, donde la danza ostenta un papel preponderante; de la que afortunadamente existen extraordinarios ejemplos de gran nombre y prestigio, a lo largo y ancho de la geografía colombina.
Pero bastará escuchar el amplio repertorio de la Parranda Chigadá, para caer en la  cuenta  de que dicha agrupación  no sólo se distingue por su apariencia, inusual en el ámbito de La Gomera, pues, es en  las temáticas abordadas y en el  particular cromatismo musical impregnado de elementos sonoros específicos del folclore de la isla, donde se evidencia la extraordinaria singularidad de esta formación.
Esta singularidad específica,  junto a la gran inquietud por consolidarse y evolucionar como formación musical, ha llevado a la Parranda Chigadá  a desarrollar una actividad sorprendente en cuantos eventos de carácter folclórico tienen lugar en la isla de La Gomera.
Entre dichas actividades, destaca de manera especial la participación en encuentros de solistas con motivo de la celebración del día de Canarias 2009, organizado por La Orden del Cachorro, así como en San Cristóbal 2010 y San Juan 2010,  organizados por la misma institución.
Muy destacable también resulta el encuentro de solistas celebrado en Vallehermoso con motivo de las Fiestas Lustrales 2010, organizado por El Cabildo Insular, La Bodega Insular y La Orden del Cachorro, con la participación de la Radio Televisión Insular de La Gomera.

Su notoriedad musical, ha llevado a la Parranda Chigadá  a una permanente presencia en el extenso calendario de celebraciones y festividades de la Isla Colombina. Entre dichos actos, es obligado resaltar por su trascendencia, la concerniente a la celebración anual de la festividad de La Virgen del Carmen, en la Villa de San Sebastián; los actos relativos a el Día de la Hispanidad; así como las jornadas conmemorativas del Santo Patrón de La Villa.
Tal notoriedad les ha llevado más allá del ámbito insular, y muchos de los que admiramos a esta agrupación,  hemos tenido la oportunidad de disfrutar de su calidad humana y musical en otras islas hermanas como El Hierro y Tenerife.
Desde este pequeño apartado literario les deseamos toda clase de éxitos y merecidos reconocimientos.

Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred y
Etnografía y Folclore.

lunes, 19 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD



Andar las palabras, es andar un camino sin más meta y anhelo que el sentir, a cada paso, la inusitada alegría de saberse leído.
Porque al mirar atrás …aún distingo los lejanos pasos de cada palabra escrita,  que fue  leída…que fue andada, dejando impresa la  alentadora huella  que nos anima a proseguir.
Ha pasado ya algo más de dos años de travesía, desde que Artistasenred, abrió sus puertas a este viejo andador de palabras…y de caminos. Y, en ese transitar, hemos recorrido los más recónditos rincones de nuestro paisaje musical, con el aliento y la motivación de caminar en la compañía de todos ustedes.
Las 9.000 visitas alcanzadas en el día de hoy, son 9.000 alentadores pasos de ese caminar compartido. Y serán para siempre 9.000 gratitudes hacia todos ustedes.
¡ FELIZ NAVIDAD QUERIDOS AMIGOS!

domingo, 27 de noviembre de 2011

A.F. PRINCESA IRAYA: 29 AÑOS.


Podríamos escribir los más extensos renglones sobre la larga y profusa  trayectoria de la A.F. Princesa Iraya a lo largo de estos veintinueve años de andadura. Porque en el camino de esta agrupación  folclórica, abunda un sinfín de extraordinarios éxitos y vivencias; bellamente descritos en numerosas publicaciones.
Podríamos hablar extensamente de su portentosa solidez  musical o de la admirable solvencia de su cuerpo de baile…y de tantos factores que han hecho de Princesa Iraya un grande entre los grandes de nuestro folclore.
Pero la grandeza de Princesa Iraya va más allá de sus propias aptitudes como formación musical y coreográfica, pues…es en su generosa actitud y proceder,  donde honran el verdadero sentido del  folclore. Porque Princesa Iraya, se ha constituido a lo largo de los años en un destacado referente a la hora de saber compartir sus propios éxitos para con los demás.
Este espíritu de hacernos a todos copartícipes de sus logros, viene a relucir en la singular forma de celebrar sus señaladas efemérides, como la reciente celebración de su vigésimo noveno aniversario, aglutinando en un bello acto a cuantos amigos y admiradores quisieron y tuvieron la oportunidad de participar. Entre estos amigos, destacó brillantemente la participación del grupo Arraigo, quienes como siempre, nos deslumbraron con su amplio y hermoso repertorio, cuya magnífica calidad tiene justa respuesta en la perfección  de su cuerpo de baile.
Al igual que en ediciones anteriores, donde se rindió justo homenaje a notables figuras de nuestro folclore y  tradiciones, como Elfidio Alonso y Juan Rodríguez González; el invitado de honor para esta ocasión fue Alfredo Ayala, cuya trayectoria profesional en defensa y difusión de nuestros valores tradicionales, es por todos sobradamente conocida y admirada.

El público reconocimiento a tal extraordinaria trayectoria, y la general muestra de afecto a su persona, fueron el eje central en la motivación de este acto conmemorativo con el que el grupo Princesa Iraya celebró su nuevo aniversario. El anuncio de Princesa Iraya de adhesión a la propuesta de Alfredo Ayala como candidato al Premio Canarias 2012, constituyó un bello broche de oro a tan bello homenaje.

Con las emocionadas palabras de agradecimiento pronunciadas desde la timidez del homenajeado, todos cuantos asistimos guardamos el más grato de los recuerdos.



Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred
y Etnografía y Folclore.

domingo, 13 de noviembre de 2011

"POR SAN ANDRES".


De vez en cuando… en este mundo presente de los valores trastocados, sometido a un ansia frenética por prolongar nuestra efímera existencia a través de la posesión de  bienes materiales… subordinado a una fe ciega en la tecnicidad como mejor creencia tangible para justificar nuestra propia inseguridad e imperfección…sucede algo que nos conmueve, alejándonos de todo cuanto, en realidad,  no resulta esencial para nuestra felicidad. Porque de vez en cuando,  se desatan casi imperceptiblemente, pequeños acontecimientos cotidianos que nos llevan más allá de la materialidad de las cosas,  y de la obsesión  por hallar la estricta racionalidad analítica de todo cuanto nos rodea.
Y es que de vez en cuando, simplemente… afloran los humanos sentimientos.
Los viejos arquitectos (*), entre los que necesariamente  me incluyo, tuvimos el privilegio de recibir una formación eminentemente humanística y multidisciplinar, alimentada por la ya desechada creencia de que la Arquitectura lo era todo, porque la misma emanaba de la convulsiva necesidad de argumentar y esclarecer el papel del propio hombre en la creación. Y es esta permanente referencia a la condición humana, la que condujo a toda una generación de compañeros a diversificar  sus inquietudes artísticas más allá de lo puramente espacial y de lo específicamente constructivo, para derivar a otras vertientes creativas igualmente consustanciales con el hombre.
Tal es el caso de José Víctor Afonso Perdomo, quien a lo largo de muchos años ha tenido la virtud y la sabiduría de compaginar su ejercicio profesional  con una entusiasta y solvente actividad musical y literaria, que le ha llevado a convertirse en un referente significativo en  la escenificación teatral de la temática de corte costumbrista de nuestras Islas.
Obras como “De Romería”,  “La Obertura” o “Ay Santa Cruz”, en su expresivo formato dramático-musical, constituyen uno de los más bellos retratos de nuestras pequeñas historias y tradiciones. Y lo son; no sólo por mostrarnos una recreación fidedigna de lo acontecido, o por la extraordinaria calidad literaria de sus libretos, o por la sorprendente versatilidad compositiva de la banda sonora que se intercala en los diálogos; sino por disparar en el espectador los resortes de la emotividad y la sorpresa, al verse frente al espejo de la reflexión idiosincrásica, y reconocerse en él, como si también formara parte de lo representado.

A eso se le llama saber despertar los sentimientos, y es ese el principal valor de la obra de José Víctor, por cuanto, sin advertirlo ni pretenderlo, rinde tributo al impulso creador humanístico con el que se formó, llevándolo, incesantemente, a componer y a escribir sobre el íntimo sentir del hombre.
Con idéntica motivación, asistimos este fin de semana a su nuevo estreno: “Por San Andrés”, en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife.
“Por San Andrés”, nos sitúa en el marco de la segunda década posterior a la posguerra española, cuando iban ya quedando atrás los avatares convulsos y los rencores que provocaron una terrible guerra entre hermanos. Nos sumerge de lleno en el ambiente de los campos y pueblos que milagrosamente aún perduran en nuestra geografía, y en torno al contexto agropecuario de la cata de los vinos tras la apertura de las bodegas, en la señalada fecha de San Andrés.
Esta contextualización temporal, sirve de pretexto para suscitar en el espectador la transposición de la ancestral coincidencia de las etapas agrarias con  las propias fases de la vida del  hombre.
En clave de humor, de ternura o de dramatismo,  van surgiendo distintos personajes que ponen  en escena los más diversos aspectos inherentes a la experiencia vital de los hombres. El ardor exaltado de la juventud, la reflexiva vejez, la relación con el sexo opuesto, la transformación del paisaje,  la degeneración de las costumbres…son un compendio temático con plena vigencia en nuestros días, que conforman un retrato atemporal de nosotros mismos. Un retrato que nos vincula a nuestra propia identidad en la manera de ser y de entender la vida.

Para tal ingente esfuerzo, José Víctor ha sabido rodearse de entusiastas y buenos amigos  aglutinados en el Colectivo Suértula  y la Asociación Cultural Bienmesabe, así como otros tantos grandes colaboradores independientes.
Charo Bethencourt, Ángeles González de Paz, Nacho Borges, Miguel Lorenzo, Tita Mesa, Itahisa Darias, Loly Mora, Sergio Hernández de León, Germán García M., Angela León, Marimé Negrín, Juan Pedro Jiménez, Domingo Peña, José Luis Santana…así como los niños: Anabel González Ramírez,  Ana Padrón, Daniel González López  y  Victoria González Afonso.
En este extenso elenco no faltan los buenos bailadores, como Loly Mora,  Ángela León, José M. “el Grillo”, Eva Rodríguez, Dani Benítez, Alberto Sánchez, Esther Felipe, Candy Martín, Carlos García, César Martín, Tony Hdez,  Carmen Rosa Hdez.
Y tampoco quisiéramos dejar de mencionar la magnifica parranda compuesta por:  Manón Marichal, Antonio Meseguer, Fran “Margarito”, Paco Tray, Miguel del Rosario Paco Páez, Jorge Socorro el “Puntal”, Juan Pedro Jiménez, Domingo Peña y José Luis Santana, colaborando además como solistas Darío Cabrera, Itahísa Darias, Charo Bethencourt y Félix Morales; un servidor.
Por último, en el  equipo técnico mencionaremos la destacada e imprescindible participación de: Geni Afonso como directora escenográfica, Reme Mamely como directora actoral y el propio José Víctor Afonso, autor y responsable de este hermoso y didáctico proyecto cultural.
Tras el exitoso estreno de este fin de semana, todos tendremos la oportunidad de  disfrutar nuevamente de “Por San Andrés”, los próximos días 16 de noviembre en el Teatro Leal de La Laguna, y el 19 de noviembre en el Teatro Teobaldo Power de La Orotava.


Félix Román Morales Díaz
para Artistasenred y
Etnografía y Folclore.
   
(*) No es lo mismo un “viejo arquitecto”,  que un arquitecto viejo.

lunes, 3 de octubre de 2011

VIRGINIA GUANTANAMERA: “Sin Etiqueta.”


Por cosas de la fortuna,  y porque me honra con su amistad, ha llegado a nuestras manos una flamante nueva entrega discográfica de Virginia Guantanamera: “ Sin Etiquetas”. Y es que este  título no podía ser más explicito, tratándose de Virginia y el grupo de formidables músicos que la acompañan. Porque cuando se conjugan  la solvencia y la experiencia, el resultado siempre habrá de sorprendernos de una forma u otra.
 La sorpresa ha venido en esta feliz ocasión, al mostrarnos Virginia su increíble versatilidad como cantante, pasando del son, la salsa, la rumba y el guaguancó, al que nos tenía gratamente acostumbrados,  para abordar con explosiva soltura temáticas musicales tan dispares como, el funky, el rap, la balada romántica, el pop, el rock, y la bossa nova.
Con este extenso panorama temático-musical, Virginia se nos muestra como una artista integral cuya arrolladora inquietud la lleva más allá de su proyección artística originaria, fundamentada en las cadencias caribeñas de su Cuba natal, para elevarla  a un rango de auténtica repercusión  global.

Quienes alguna vez hemos disfrutado del  directo de Virginia y su grupo, sabemos de su formidable capacidad de invención y adaptación a los extraordinarios cambios rítmicos y melódicos  de su banda de músicos, cuyo impresionante dominio instrumental  y virtuosismo musical, les lleva en ocasiones y con total  con naturalidad,  a la improvisación. No es de extrañar que  esa sorprendente e inusitada capacidad, demostrada en el día a día de los  escenarios, sea  la clave de la diversificación de géneros musicales abordados en esta nueva entrega discográfica.
Pero, el presente compacto encierra un hecho aún más trascendental en la trayectoria de esta gran artista. Nos referimos a su inusitada faceta como compositora y letrista, en temas como “El Sabroso”, “No te metas en mi vida”, “Tu Silencio”, y “Soy Canario”; o como autora de la letra de otros tantos,  como “Bossa sin nombre” y “Soñando”.

La consecuencia de este inesperado aspecto intimista de Virginia, ha venido a incorporar una subjetividad y contenido poético a la obra, llenándola de calado sentimental y romántico, que contrasta y engrandece la diversa y heterogénea  banda musical de este nuevo compacto.

Se acompaña  esta magnífica producción con un bello envoltorio con fotografías y diseño de Elena Borges y Rodrigo Cornejo; (OchoPro); donde amén de una hermosa presentación de Santiago Ríos, autor también de la letra del primer tema, “Santa Bárbara”; Virginia nos ofrece una extensa lista de agradecimientos a todos cuantos han participado en esta obra, diseñada por el estilista y colaborador Alberto Dugarte.

No podemos dejar de mencionar el extenso plantel de lujo incorporado a la materialización musical de esta hermosa entrega, como Marco del Castillo, en producción, arreglos, guitarra y tres, Jacky Ríos, Rafael Rodríguez, Luis Ramírez, Argimiro Sánchez, Landy Bernal y Alberto Méndez, Luis Israel Rivero, Kilo de León,  Alberto GV, José Humberto Martín, Moisés Alberto Padrón, Benjamín Rafael Cordero,  José Díaz, Julio González, Pachi Curvelo, Francisco Curbelo, Francisco García, Alejandro Mendoza y  Alfredo de la Rosa, Anna Rodríguez, Domingo del Castillo, Nicolasa Delgado, Jorge Hernández, Juan Pablo Pérez, Sissi del Castillo, Alberto Méndez, Paola del Castillo, Ladys Beti Cachimaille, Larry Jean Louis y  Fran Rodríguez…Grabación de David Correa, y Estudios Multitrak; materialización y mezclas de Alberto Méndez… No se puede pedir más calidad.

Ante tanta diversidad de forma y contenido, difícilmente podrá etiquetarse a esta rutilante estrella de nuestro firmamento musical: Virginia Guantanamera. Desde este pequeño rincón felicitamos a todos los que han participado en esta obra, y deseamos que la misma sólo sea el inicio de una larga y fructífera  trayectoria.

ENTREVISTA EN El Color de los Sonidos de ARTISTASENRED:

Félix Román Morales Díaz
Para Artistasenred
y Etnografía y Folclore.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CHIMAQUE: "Paseando por mi Pueblo"


Porque de vez en cuando la Naturaleza se complace en mostrarnos con descaro uno de sus milagros,  la isla de Tenerife adorna su vertiente norte con un paisaje impregnado de un  verdor rotundo que trepa  violento hasta la cumbre,  donde los abruptos acantilados de un mar inmisericorde, dejan atrás la espuma y el salitre para ganar la bruma perenne de las alturas.
Y es esa perpetua presencia del celaje entre agujas de pinos,  la que en su destilar e irrumpir en raudal por los profundos barrancos, otorga a este paisaje, un nombre singular desde el principio de los tiempos: Chimaque.
Y es que  Chimaque… o “Fuente de Vida”, es un lugar que ha ganado tan bella denominación,  por la ancestral gratitud de sus habitantes para con el generoso  suelo que los acoge.  Porque,  este hermoso  vocablo; Chimaque; evoca con rotundidad el amoroso vínculo del hombre con su tierra, y el orgullo de pertenecer a ella.
Cuando,  en ese mismo paisaje,  contemplamos las escalonadas planicies de las huertas remontando ladera arriba hasta perderse en el infinito de las cumbres; cuando al borde del abismo de los barrancos ingentes se apiñan tejados y azoteas hasta colmar el último resquicio del vacío; nos alberga el sentimiento de que ese amor por la tierra,  siempre demanda el precio del sacrificio de sus gentes. Y es ese espíritu de constante sacrificio,  el que ha marcado la  pauta en el carácter de los afortunados habitantes de ese lugar.

Nada  más que esta reflexión,  puede dar sentido a la primera obra discográfica de la Agrupación Folclórica Chimaque: “Paseando por mi Pueblo”; porque en el contenido y presentación de la misma,  abunda una desbordante entrega al amor por aquel lugar y su historia. Y es desde esa su historia, alimentada por el cúmulo de tradiciones inmersas en el folclore,  donde Chimaque va desgranando un discurso musical y poético exquisito, contenido en un repertorio fruto del esfuerzo y la constancia de sus integrantes.
Una obra con esta extraordinaria calidad,  no surge espontáneamente sino de la constancia y el esfuerzo de muchos años atrás. Allá,  en 1996, comenzaba Chimaque sus primeros pasos  en el pintoresco barrio santaursulero de San Luis, para iniciar una larga andadura; un extenso camino de experiencias  que han conferido a esta formación musical  la sabiduría y solvencia para acometer un proyecto de la envergadura como el que se presentó el pasado 17 de septiembre en el Cine-Teatro Municipal de Santa Ursula.

Isas, folias, malagueñas, seguidillas, berlinas…arrorós y tangos guancheros…compendian en esta obra una hermosa evocación a las cadencias y danzas que han configurado el perfil de la cultura tradicional de un pueblo, a través de temáticas desprendidas de las vivencias cotidianas, las costumbres y los sentimientos de sus habitantes. Resulta muy notoria la particular lírica en la  percepción y descripción de los recoletos lugares del pueblo en temas como la isa “Paseando por mi Pueblo”, de la que toma su título el disco, o en  las seguidillas.
Esta sólida  motivación argumental,  tiene una traducción musical espléndida en la labor compositora y arreglista de su director, José Feliciano López, figura de destacada referencia dentro del colectivo y fuera del mismo, por cuanto su quehacer y presencia se extienden  más allá del ámbito cultural municipal, para posicionarse como uno de los valiosos precursores de la vigencia y continuidad de nuestro folclore en las Islas.
Como en todas las grandes formaciones, a esta calidad musical se suma una delicada y fidedigna expresividad escénica y coreográfica, a cargo de José Daniel Izquierdo Barroso. Pero, nada de lo visto y oído sería posible sin la entrega y dedicación de los 51 compañeros restantes, cuyas notables aptitudes quedan de manifiesto en la obra realizada. Una obra cargada de complicidad y espíritu colectivo, que se evidencia en el nutrido número de extraordinarios solistas participantes: José Luis Martín Afonso, Miguel Pérez Pacheco, Carmen Teresa Pérez, Natalia Farrais Pérez, Mª Candelaria López Hernández, Domingo García Jorge, Mónica Medina Quintero, José Ángel Dávila Pérez, Cristina Bárbara González García  y Gregorio Miguel Mesa González.  A este magnífico plantel se incorporan dos reconocidas figuras: Yaiza Torres, voz única e insustituible de nuestro folclore, y un sorprendente José Benavente, al que muchos de nosotros teníamos encasillado en otros géneros musicales, cometiendo el error de olvidar su prodigiosa ascendencia familiar, donde siempre se han prodigado inigualables protagonistas de nuestro acervo folclórico.


En definitiva, nos encontramos ante una obra de estructura y concepción plural, fruto de la concordancia de múltiples voluntades en torno al objetivo común de mostrarnos un espléndido retrato atemporal del sentir  de un pueblo…de un bello lugar llamado Chimaque. Nuestro íntimo deseo es que esa “fuente de vida” fluya por siempre en el hermoso y extenso paisaje de nuestro folclore.




Félix Román Morales Díaz
Para Artistasenred
y Etnografía y Folclore.
(Fotografía: Fotoarte Virogo).